Me gusta la campaña sobre envejecimiento de Salud Pública. Hay cosas que este Gobierno está haciendo bien. Muchas veces lo más importante no son los presupuestos o los expedientes, sino las ideas. Los enfoques. Los conceptos. Los modelos. La vivienda como derecho, no como negocio. La salud como un servicio público, no como marketing. Ejemplos hay muchos. Las palabras a veces son tan importantes como los hechos. Incluso más. “Detrás de cada persona hay una historia. Delante, puede haber más”, ese es lema de la citada campaña de salud. La jubilación como inicio de otro trayecto, no como el final del camino. De todas formas, no se puede negar que ese momento es un waypoint importante en el GPS de la vida. Un punto y seguido en el que hacer balance de uno o una misma, y en el que los demás también lo hacen. Donde puede haber palabras huecas, pero también discursos verdaderos. Como los que se oyeron el pasado viernes en el salón de actos del departamento de Medio Ambiente. Allí se jubilaba Juanjo, un hombre sencillo y un gran funcionario. Amante y protector de nuestra naturaleza como un bien público, como un regalo a preservar y legar. Un hombre bueno y un buen hombre. Una persona que, además de tocar diferentes campos, administrativos e incluso sindicales, ha aplicado una filosofía de vida inspirada en el ecosistema de la naturaleza, en el que no siempre tienen por qué sobrevivir los más fuertes. Existen otros valores como la solidaridad y el compañerismo. Durante años, en una modesta revista local (el Tuto, de Aoiz) ha ido matando su otro gusanillo: escribir historias y cuentos de animales, pero pensando siempre en las personas. Todas tenían su moraleja, aunque no llegara a calificarlas de fábulas. Porque en todo este tiempo ha cuidado también de la fauna humana de su entorno laboral, social y familiar como quien mima a las especies protegidas. Y por eso, en el día de su adiós laboral no recibió otra cosa que un masivo y unánime gesto de agradecimiento colectivo. El mismo reguero que él ha dejado en su pueblo, en el mundo del fútbol, en ELA... No es fácil. En unos tiempos llenos de personas tóxicas, sorprende encontrar ejemplos de buen rollo laboral y humano. Gente sana y saludable. Pero los hay. Y tengo la suerte de tenerle cerca. Zorionak eta mila esker. Y a por la siguiente historia que tienes delante, que es muy bonita. Seguro.