Igual será la edad. Puede ser. Parece mentira que hayan pasado ya 30 años desde aquel invierno en el que tras varios encuentros en el monumento de los Fueros, coser una pancarta larga de tela, encargar unas artesanales y muy abrigadas bufandas y encender las primeras bengalas rojas que vio el Estado de El Sadar naciera Indar Gorri. Este grupo ha tenido su posterior evolución con sus luces y sombras, pero desde luego aquellos Álvaro, Sebas, José, Rafa, Iban, Sammy Lee (Pinki) y compañía de 1987 -hoy todos ellos respetables padres de familia...- eran gente maja. Eran, sobre todo, forofos rojillos. Me falla la memoria, pero aquel partido iniciático acabó con un frío empate a cero pese al calor de Graderío Sur. El Sabadell era entonces uno de esos rivales acérrimos como en otras épocas y categorías pudo ser la Cultural Leonesa, el Sevilla... Porque lo de los grandes, como el Real Madrid, no cuenta. Eso también se lleva en el ADN y no es coyuntural. Porque el fútbol, además de deporte, negocio, marketing o espectáculo también es pasión, sentimiento e identidad. Bueno, el fútbol no sé. Osasuna sí. Zabalza acuñó aquella frase de que “cuando nos confíamos somos muy malos”. Y nadie ha firmado otra sentencia, pero que está en el sentir de la grada y de la calle: cuando empiezas a ver alineaciones y no te reconoces en ellas por muy buenos peloteros que sean, el equipo puede sumar puntos pero la afición pierde el enganche con la liga. Porque Osasuna es empatía: funciona cuando el jugador hace ese último esfuerzo con el aliento de la grada y el aficionado piensa que animando y cantando puede incluso hacer que el balón pase la raya de gol. Así se vivían los partidos entonces con jugadores que también vinieron de fuera, pero que supieron conectar con esa esencia (Robinson, Sammy Lee en una época, Pandiani más tarde...) porque no se trata de un planteamiento xenófobo. De Osasuna se nace y se hace. Aun así, la apuesta por la cantera y Tajonar es un valor seguro y ahí está la prueba de Puñal y compañía. Porque vamos a ver, ¿conocéis a alguien que haya regalado estas Navidades una camiseta con el nombre de Sebas Coris, Lillo o Lucas Torró, por ejemplo? No tengo nada contra ellos, pero se te quedan desfasadas en plan outlet para la siguiente temporada...