Una joven pamplonesa, hasta hace poco casi desconocida, es hoy una de las personas más populares gracias a su paso por el programa televisivo Operación Triunfo. Amaia Romero, conocida como Amaia, vecina de Mendillorri y estudiante en el Conservatorio Profesional de Música de Navarra, se proclamó el pasado lunes ganadora de esta edición del concurso musical apenas una semana después de ser elegida junto a Alfred, otro de los concursantes, para representar a España en el festival de Eurovisión. Hasta aquí, los hechos. Al margen de las opiniones, para todos los gustos y todas válidas, sobre este tipo de programas, lo cierto es que esta semana la música navarra ha alcanzado un hito gracias a la voz y el talento de esta joven, que tal vez representa los sueños de otros muchos jóvenes que como ella se forman y se esfuerzan por conseguir abrirse camino en el mundo de la música, un terreno movedizo donde no solo manda el talento sino muchas veces el acierto de estar en el momento justo en el lugar adecuado. Ojalá éste sea el suyo y sino, lo encuentre pronto. La música en particular y la cultura en general son grandes plataformas para el éxito cuando llega, pero no siempre llega y mientras tanto son caminos duros de recorrer desde abajo, con mucha disciplina, formación, honestidad y trabajo y sobre todo no dejar de tener nunca los pies en la tierra. Cualidades que probablemente tiene esta joven pamplonesa cuya voz ha encandilado al público hasta el punto de conseguir para TVE una audiencia récord de más de 4 millones de espectadores en la gala final, la mayoría jóvenes y adolescentes que quizá no habían nacido cuando se celebró la primera edición de OT allá por 2001 y que han creado una comunidad de seguidores a través de las redes. Pero esto no ha hecho más que empezar, ahora llega lo importante, la gestión en la vida real de ese éxito televisivo y momentáneo, que no es la mejor puerta para acceder el mundo de la música aunque sea la más rápida. Ahora es tiempo de salir de la pantalla y volver a la vida para poner por delante a la persona del personaje, sin dejarse cegar por los focos para seguir con una carrera en la que nadie se coma su talento. Necesitará tiempo para buscar y encontrar su espacio en una industria musical trepidante y para ello deberá decidir con calma, una vez acaben los compromisos de su contrato televisivo, para no perder la voz propia, la esencia y el talento que son su verdadera fortuna y la llave de su triunfo.
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