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Mutuo interés de Sánchez y Navarra

Rajoy subrogó su autoridad moral en los tribunales cuando, después de un cuarto de siglo en la dirigencia del PP y habiendo coordinado cuatro campañas electorales, proclamó en réplica a la publicación de los hediondos papeles de Bárcenas relativos a la financiación irregular del partido que todo era falso “salvo alguna cosa”. Cinco años parapetado tras las togas y ahora la Justicia acredita la existencia entre 1989 y 2008 de esa contabilidad opaca -de la que cuelgan 35 apuntes indiciariamente a nombre de Rajoy por 322.231 euros-, además de poner negro sobre blanco lo inverosímil de sus argumentos. Es decir, el presidente del Gobierno ha sido despojado de cualquier vestigio de credibilidad en sede judicial y la formación que sustenta al Ejecutivo y él lidera carece de toda legitimidad para exigir a la ciudadanía la observancia de la ley de cuyo incumplimiento se ha lucrado. En consecuencia, la salida de Rajoy de la Moncloa constituye un imperativo ético y por tanto prepolítico, aunque colisiona con el cálculo partidario del PSOE y de Ciudadanos. Pues, mientras Sánchez apuesta por una moción de censura con él de presidente para recuperar el pulso perdido al timón de un Gabinete transitorio que corrija la brecha social y el recorte de libertades públicas, Rivera ansía un adelanto electoral inmediato como contraperfil sin mácula del amortizado Rajoy, al que en todo caso también puede seguir macerando en la salsa de la corrupción por capítulos aderezada de nacionalpopulismo. Llegados a este punto, se trata de escudriñar cuál es la mejor alternativa para Navarra y la respuesta se antoja evidente, ya que el propio Rivera acaba de insistir en el cuestionamiento del Convenio Económico eje de nuestra prosperidad, expresando su confianza en que Europa elimine los regímenes privativos y abogando de salida por un alza de la aportación al Estado. Así que UPN también debiera formularse alguna pregunta, la principal cómo pretende recuperar la Diputación del bracete de un partido putrefacto y de otro abolicionista de los derechos históricos, cuando la honradez y el blindaje del autogobierno conforman los pilares de la acción ejecutiva de cualquier presidencia foral en tanto que bases innegociables. Mejor que bien haría asimismo el PSN en mirarse en el espejo de Sánchez y plantearse cómo se sostiene que el sábado vaya a integrar en Pamplona el frente manifestante que en Madrid se erigirá mañana y pasado en muro de hormigón para frenar al PSOE aun a costa de ultrajar el bien supremo de la regeneración democrática.