a nueva normalidad impuesta por el Gobierno a golpe de decreto en el BOE ha echado a andar este fin de semana. La salida a pasear y a hacer deporte ha sido tan ansiada como masiva. Todo el mundo ha salido a correr y pasear impulsado por la festividad y la bonanza climática. Hasta los que alardeaban de no hacerlo nunca. Las prendas deportivas y las zapatillas, con el colofón de las mascarillas, se han convertido ya en el uniforme multitudinario de la gran escapada a la calle en esta primavera tan atípica como triste. La sensación de libertad recuperada generaba escenas cuasisanfermineras en algunas calles y parques con corrillos, saludos y parabienes en una actividad más socializadora que de estiramiento muscular. La gente enclaustrada desde hace ya una cincuentena de días tenía ganas de relacionarse, de saludo, de paradica y conversación liviana ¿quetaltodosbien? Eran gestos habituales y que se iban multiplicando conforme avanzaba el paseo mientras andábamos sorteando al personal que se apiñaba en las aceras tan concurridas como antaño. Con algunos episodios de indisciplina normativa inconsciente la mayoría de las veces y adrede las menos. Olvidándonos en nuestra expansión física que entramos en la fase cero y que la más importante, la fase de peligro, aún no ha sido superada y aún nos acechará muchos más días de los que anhelamos con sus inmisericordes cifras de contagios y de mortalidad. La gran escapada de los domicilios debe servir para no caer en la tentación de bajar la guardia tras lo mucho conseguido hasta ahora en la batalla contra el virus. Porque llega un nuevo estilo de vida, que necesariamente deberá convivir con la amenaza del coronavirus, con el miedo a contraerlo. Un nuevo estilo de vida que cambiará usos y costumbres y que no sabemos cómo acabará implantándose. O imponiéndose. Y que tras el control más o menos relativo de la pandemia sanitaria quedará la lacra de la otra, la pandemia económica, cuyos efectos perdurarán en el tiempo - ojalá me equivoque- tanto o más que primera y que marcará desgraciadamente nuestro nuevo estilo de vida.