navarra conoció ayer otro buen dato económico, de esos que mes a mes, trimestre a trimestre y año a año desde 2015 desmienten insistentemente y con contundencia el discurso catastrofista y de exabruptos de la oposición a la gestión del Gobierno de Barkos y también de los ayuntamientos progresistas del cambio. El Producto Interior Bruto de Navarra (la riqueza colectiva de los navarros y navarras) aumenta un 0,8% este primer trimestre de 2019, el doble que al final del pasado y año y superior en una décima al 0,7% de media en el Estado. Se trata de un dato especialmente positivo, que supera las expectativas más optimistas que sitúa el crecimiento en el 2,9% cuando la previsión anual para el conjunto de este año era del 2,7%, previsión que depende de la incertidumbre internacional. Han sido el aumento del consumo interno por la mejora del empleo -8.300 cotizantes más-, la inversión de empresas y administraciones y la subida de las exportaciones navarras pese al entorno menos activo de la Unión Europea. Es cierto que las estadísticas macroeconómicas muchas veces no reflejan la realidad social cotidiana de los ciudadanos, pero en este caso el buen dato del PIB se añade a los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) hechos públicos la pasada semana que situaron a Navarra como la comunidad con la tasa de paro más baja, el 8,2%, en línea con la tendencia positiva de los datos que ofrece el Inem. O con la información conocida también ayer que señalaba a Navarra como una de las seis comunidades autónomas que presentaba saldos positivos en sus Cuentas Públicas hasta febrero al alcanzar un superávit de 191 millones de euros, frente a los 106 millones del mismo período del ejercicio anterior. También con los datos de la recaudación líquida acumulada del primer trimestre de 2019, que asciende a 1.010 millones de euros en Navarra. Esta cifra es más del doble de lo recaudado en el mismo periodo de 2018. Son sólo una acumulación de datos, pero las previsiones, a la espera de como evolucione la economía en el ámbito internacional -especialmente en la UE-, apuntan aún a una mayor aportación de la industria navarra los próximos meses, sobre todo de la automoción, agroalimentaria y renovables. Pero merece la pena insistir en que las cifras macroeconómicas no deberían hacer caer en la autocomplacencia, ya que todavía hay queda mucho trabajo por hacer sobre todo en materia de salarios, de estabilidad laboral y de lucha contra la precariedad en el empleo.