La segunda y última entrega del barómetro sociopolítico de Gizaker para DIARIO DE NOTICIAS acerca más al cuatripartito a la reedición el cambio, hasta el punto de que las fuerzas que han sostenido el Gobierno de Barkos alcanzan los 25 escaños, a tan solo uno de la mayoría absoluta que garantiza la jefatura del Ejecutivo foral. El resultado de la segunda muestra afianza a Geroa Bai como la sigla hegemónica del cuatripartito, atribuyéndole once escaños, y también mejora las expectativas de EH Bildu, hasta situar a la coalición abertzale por delante del PSN en intención de voto, aunque con empate a ocho parlamentarios. Esa prelación de fuerzas consolida nítidamente a Barkos como contraperfil de Esparza y del frente de derechas que éste abandera, un invento electoral que no pasa de los quince escaños -en buena medida porque Vox retiene una parte significativa del sufragio de los comicios generales y la demoscopia le augura la entrada en el Parlamento foral con dos representantes-, lo que supedita las opciones presidenciales de Navarra Suma al apoyo del PSN. Situada en sus justos términos la probabilidad cierta de la continuidad del cambio, cada voto resultará determinante dado el escenario tan abierto que se plantea en caso de que el cuatripartito no llegue a 26 escaños. Una incertidumbre sustentada en que Chivite descarta respaldar una eventual investidura de Esparza pero con el mismo énfasis que mantiene su veto sobre EH Bildu y mientras tampoco reniega explícitamente de los votos de la ultraderecha para acceder al rectorado de la Diputación. Tal indefinición alimenta incluso la hipótesis de una repetición electoral que ya barajan sin ambages como mal menor los poderes históricamente vinculados a UPN. Esa volatilidad resulta de mimética aplicación al caso de la alcaldía pamplonesa que Asiron también puede preservar de acuerdo con las estimaciones de Gizaker. En concreto, el candidato de EH Bildu podría ganar dos concejales y concitar sin la derecha unida ni el PSN los catorce ediles que aseguran la gestión de Iruña, si bien el gobierno municipal pende también de un hilo desde la premisa de que sólo se obtiene representación con el 5% del sufragio, no con el 3% como para el Parlamento. Así que más cambio es factible tanto en Navarra como en Pamplona y a la ciudadanía compete ahora materializarlo.