las elecciones europeas que se celebran el próximo domingo coincidiendo con las municipales y forales van a ser trascendentales para el futuro de la Unión Europea y de sus ciudadanos. Pese a que en el fragor de la lucha política más doméstica estos comicios están pasando -salvo honrosas excepciones- casi desapercibidos en la campaña electoral, el futuro de Europa está en juego en las urnas. Tres van a ser las claves en las que se medirán los resultados. Por una parte, inevitablemente, tendrán una lectora interna, sobre todo en Gran Bretaña, donde la situación del brexit acapara las estrategias de los partidos y donde Theresa May puede ver el fin a su carrera política. Sin embargo, como es obvio, la salida de la UE -de la que aún no se sabe ni cómo ni cuándo se producirá- tendrá una enorme repercusión sobre el conjunto de Europa. Además, en las elecciones se configurarán los nuevos grandes bloques en el Parlamento de Estrasburgo, una cuestión clave para las futuras políticas y la conformación de las instituciones. La otra gran clave, directamente relacionada con la anterior, será el respaldo que vaya a tener en las urnas la extrema derecha a nivel europeo que, aunque en diferentes versiones, coincide en características y reivindicaciones comunes como el antieuropeísmo, la xenofobia, el antiislamismo y la antiinmigración, el populismo y las posiciones contra la igualdad de género y las políticas LGTB. Y, a este respecto, los partidos que componen este sector ultra están jugando fuerte. Ya lo advirtió Steve Bannon, el exasesor de Donald Trump empeñado en extender a Europa su organización de extrema derecha denominada El Movimiento. Este sábado, miles de personas acudieron en Milán al acto propagandístico que, encabezado por el ministro fascista italiano Matteo Salvini, reunió a once líderes de partidos ultras -solo faltó Vox- de Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Dinamarca, Eslovaquia, Estonia, Finlandia, Francia, Holanda, Italia y República Checa, muchos de ellos directamente neonazis. Allí, Salvini, Le Pen y Wilders dejaron claros los objetivos de la gran internacional de la ultraderecha, que pasan por extender el populismo, unirse en busca de la destrucción de los cimientos de la UE, sus instituciones, los valores que la inspiraron y que representa y, con ellos, las políticas a desarrollar. Un amenaza real para Europa y para todos sus ciudadanos y ciudadanas.