cáritas ha vuelto a poner en la primera línea de la actualidad informativa, en su Informe Foessa que publica anualmente sobre exclusión y desarrollo social, la cruda realidad que viven miles de familias navarras. Si en los primeros años de la crisis la organización diocesana comenzó a alertar sobre la nueva pobreza en la que estaban cayendo numerosas familias encuadradas hasta entonces en lo que se considera la extensa clase media, con las cifras que aportó ayer llueve sobre mojado. El 16% de los navarros, aproximadamente 103.000 personas, se encuentran en riesgo de pobreza, y la mitad trabaja, lo que constata que exclusión y trabajo son dos espacios cada vez más compatibles. Dentro de la exclusión social, hay 38.000 personas en situación de exclusión social severa, que ha pasado de representar un 7,2% de la población navarra en el año 2013 a un 5,8% en el año 2018, un descenso de casi el 20%.. En este sentido, cabe destacar que la apuesta política de la pasada la Legislatura ha servido para reducir el número de personas en exclusión social en un 9,6. No obstante, Cáritas advierte que hoy en día muchas personas no pueden acceder a un salario que supere los 600-800 euros y denuncia que la gestión de la crisis ha estado basada en un modelo de precariedad laboral y vital. No por acostumbrados estos datos dejan de resultar inquietantes ante las necesidades sociales que padece Navarra. Bien es cierto que el 83% de los navarros -más de 12 puntos por encima de la media estatal-, no sufre exclusión y que Navarra es la comunidad con una mayor cohesión social del Estado, con un 71%, pero sigue siendo una realidad de alerta que cada vez más personas y familias corren riesgo de caer en situaciones de pobreza moderada o severa, si se sigue prolongando un escenario de altas tasas de desempleo, precariedad laboral y recortes fiscales que pueden deteriorar aún más los servicios públicos básicos de sanidad, educación y atención social. Cáritas y otras organizaciones sociales de solidaridad llevan años reiterando la necesidad de “una estrategia multidimensional”, porque la brecha social cada día es más grande. Navarra ha mejorado durante los últimos cuatro años, pero la defensa del sistema de protección social de Navarra, uno de los punteros del Estado, sigue exigiendo de un correcto diagnóstico y de la eficacia de seguir avanzando en medidas valientes y honestas que puedan seguir frenando el progresivo empobrecimiento del que ya llevaban tiempo alertando los organismos que trabajan con los más desfavorecidos.