ranscurrida la primera semana sin las medidas restrictivas impuestas por el estado de alarma a causa de la pandemia de coronavirus, la ciudadanía va acostumbrándose, sin grandes sobresaltos, pero sin bajar la guardia de la cautela, a la nueva normalidad. La desaparición o relajación de las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias -en especial, la movilidad entre comunidades- obliga a una mayor implicación personal y colectiva en el día a día y a redoblar la parte de responsabilidad que a todos corresponde en la adopción de medidas de prevención que coadyuven en la contención y control de la pandemia. Así parece que está siendo, según se desprende de los datos de la evolución de la enfermedad en Navarra desde hace semanas. Pese a la aparición de algún foco de contagios en días pasados en el norte de la Comunidad y en la capital, lo cierto es que todo indica que han sido debidamente controlados y no se ha producido de momento el gran temido rebrote del que vienen alertando los organismos internacionales de vigilancia. Una situación que, en justicia, debe atribuirse a los sistemas de prevención, control, detección mediante test, rastreo y seguimiento de contactos incluidos en los protocolos puestos en marcha por Osasunbidea. El pasado viernes la consejera de Salud remarcaba algunas cuestiones, fundamentalmente relativas a hábitos y conductas que contienen riesgo cierto de contagio, e insistía en el mantenimiento de la cautela y el compromiso. No hay que perder de vista ni los casos detectados en comunidades limítrofes ni los avisos de la OMS sobre la constante expansión de la pandemia por todo el planeta. Se sigue palpando, sin embargo, cierta sensación de ausencia de riesgo entre algunos colectivos de jóvenes, en el que también se están produciendo actividades como fiestas y botellones que incrementan la inseguridad y, con ello, la inquietud. Con todo, los datos son esperanzadores y apuntan a una tendencia positiva hacia el control de la pandemia. Ayer, por ejemplo, los datos de Navarra registran un aumento de nueve casos en las últimas veinticuatro horas, ninguno de ellos relaccionados con los focos antes mencionados. A día de hoy hay 25 hospitalizados. Son cifras que invitan a perseverar en la idea de que si no se baja la guardia, se mantiene la responsabilidad individual y surge una vacuna, es posible vencer a la enfermedad.