e la precipitada decisión adoptada por el Gobierno de Pedro Sánchez de hacer decaer el estado de alarma y de la dejación de funciones del Gobierno central al no plantear reformas legislativas u otras alternativas que doten a las comunidades autónomas de las herramientas imprescindibles para luchar contra la pandemia se está provocando, como era previsible, el desconcierto general en las distintas administraciones -incluida la de Justicia- y en la población. No es ese, sin embargo, el único efecto ni el riesgo más notable ante la grave crisis sanitaria sin precedentes que padecemos. La derogación del estado de alarma esta misma noche supone un vacío legal que deja inermes a las comunidades autónomas y activa de facto una desescalada improvisada y descontrolada, justo lo contrario de lo que -a la vista de las experiencias anteriores- se necesita frente al virus. De ahí la caótica carrera de medidas con las que cada autonomía intenta solventar esta insólita situación y la poco sensata pretensión del Ejecutivo de Madrid de que sea el Tribunal Supremo quien, en última instancia, decida las medidas a adoptar en cada territorio. En el caso de Navarra, el Tribunal Superior de Justicia no se pronunciará sobre la legalidad de las medidas que pone en marcha a partir de esta medianoche el Gobierno foral hasta el martes. Esto es, se pone fin al cierre perimetral, pero se mantiene el toque de queda nocturno, además de las restricciones en hostelería y la apertura de cierto margen en las reuniones privadas en domicilio privados. Aunque hasta ahora el TSJN ha avalado las diferentes medidas que ha ido aprobando Navarra, el fin del estado de alarma deja al menos hasta el martes todo en el aire. Y todo ello en un contexto en el que diferentes tribunales de justicia están pronunciándose de forma contradictoria sobre decisiones similares tras el final del estado de alarma. Al menos, de momento, Navarra mantiene activo el toque de queda durante las noches. Siendo difícil de entender que, si esto es así, otros jueces dictaminen lo contrario, lo es aún más que de nuevo los magistrados de lo contencioso-administrativo se erijan en "estrictos" garantes de "derechos fundamentales", entre los que, obviamente, no sitúan la salud de todos. En consecuencia, mañana se mantiene el toque de queda, se podrá circular libremente por Navarra y salir y entrar en ella. En este confuso galimatías queda apelar a la responsabilidad ciudadana.