a movilidad vuelve a estar limitada en la Comunidad Foral desde esta pasada madrugada. El Tribunal Superior de Justicia de Navarra (TSJN) decidió ayer atender la petición del Gobierno, que considera imprescindible la imposición del toque de queda entre la una y las seis de la mañana -durante los fines de semana, festivos y en las fechas que hubiera correspondido celebrar las fiestas patronales- para tratar de reducir la propagación del covid. Estamos ante una restricción muy dura, que atenta contra un derecho fundamental de las personas, pero necesaria de acuerdo con las cifras que arroja la evolución de la pandemia. No hay que perder de vista que la cifra de contagios diarios continúa disparada y que este incremento de las infecciones ya se deja notar en los hospitales, donde crecen tanto los ingresos en planta como en la UCI. No ha sido sencillo para el Ejecutivo conseguir que el TSJN se aviniera a autorizar el toque de queda. De hecho, cabe recordar que se lo denegó en dos ocasiones. La primera, cuando decayó el estado de alarma. Entonces, el Tribunal entendió que la proliferación de botellones debía ser controlada mediante la aplicación de la legislación ordinaria. Y la segunda, este martes, cuando le pidió mayor concreción al Gobierno. Ahora, sin embargo, la Sala de lo Contencioso-Administrativo no tiene dudas de que el toque de queda es una medida eficaz para contener la propagación del virus porque contribuirá a impedir la interacción social que se produce en esta franja horaria. Subraya el TSJN que en su decisión pesan los informes policiales, particularmente de la Policía Foral, que alertan de que los botellones se vienen sucediendo de forma generalizada y en ocasiones con asistencias elevadas. Una práctica, dice, que no es ocasional, sino que se ha convertido en una nueva forma de ocio que viene a sustituir la suspensión de las fiestas y que prolonga el ocio nocturno más allá del cierre de la hostelería, establecido a la una de la madrugada. Precisamente, el auto judicial recalca que este adelanto del cierre de bares no ha sido suficiente para controlar la expansión del virus, ya que ha continuado la interacción nocturna. Además, considera que la imposición del toque de queda, en principio hasta el 30 de julio, es una medida proporcionada en la actual situación epidemiológica.