Las inundaciones que han arrasado espacios, vías y calles de barrios de Pamplona y de la Comarca de Iruñerria han sido seguramente las de mayor desborde de los ríos en esta zona desde que se manejan datos de los caudales . Inundaciones y desbordamiento que han afectado también a localidades de Bortziriak -donde falleció una vecina como consecuencia de un desprendimiento de tierra a causa de la lluvia-, Sakana, Baztán y Pirineo y que apunta a posibles nuevas riadas hoy en zonas más al sur, desde la Zona Media a localidades como Peralta, Funes o Falces en la Ribera Alta y finalmente Tudela, Castejón y el resto del entorno de la Ribera. Un compendio desastroso como colofón a 18 días seguidos de fuertes lluvias y nevadas que han elevado el volumen de los ríos finalmente a récords históricos. Es cierto que la naturaleza es capaz de sobrepasar las previsiones más inmediatas y eficaces con unos efectos muy superiores a lo esperado, como en este caso, con unas riadas que han dejado importantes afecciones e inundaciones en carreteras, vehículos, zonas de recreo, bajeras, viviendas, etcétera, de las que se derivarán los respectivos estudios de daños y costes para las empresas aseguradoras. Otro ejemplo más de que no es suficiente con prevenir y alarmar ante la naturaleza en marcha. Sigue siendo necesario adoptar medidas cada vez más eficientes, porque la experiencia adquirida y los avances tecnológicos y científicos deben servir para que la amenaza de posibles inundaciones no se convierta en un cúmulo de consecuencias desastrosas. Y la obligación institucional de poner los medios para atenuar las consecuencias de la climatología incluye también abordar aquellas actuaciones humanas que contribuyen a aumentarlas: desorganización urbanística, construcción de diques de contención, abandono de la limpieza de los ríos... Porque una cosa es que sea casi imposible domesticar a la naturaleza más aún si se ocupan sus espacios naturales de expansión y otra que las entidades públicas responsables del mantenimiento de los cauces fluviales hagan dejación de sus responsabilidades. En este caso, por ejemplo, se han inundado calles y espacios que antes no lo habían hecho y ello pese a que en zonas como la Rochapea se habían hecho actuaciones que se han demostrado ineficaces. Tanto el alcalde Maya como el consejero de Interior, Javier Remírez, se ha aferrado a que bien han fallado las previsiones o que las lluvias han superado las previsiones. Insuficientes excusas. l