Maya responsabilizó el viernes a este periódico del puñetazo que recibió un policía municipal durante la procesión cuando le preguntaron por el vídeo publicado en este medio y que ha sido aportado por la defensa al juzgado. Un medio que, insinuó, ha colaborado en “el calentamiento” de las fiestas. Al poder nunca le ha gustado ese papel de los medios, de ahí su obsesión por ocultar y dificultar el acceso a la verdad. A Maya le molesta que el trabajo periodístico de DIARIO DE NOTICIAS haya dejado en evidencia su versión oficial. Ni Maya ni nadie va a dar lecciones a DIARIO DE NOTICIAS sobre su compromiso con las libertades democráticas y su rechazo a cualquier uso de la violencia. Tampoco en el caso de los incidentes del día 7 en la calle Curia. Pero tampoco nadie nos va a privar ni con señalamientos, acusaciones falsas o amenazas veladas de cumplir con nuestra obligación y derecho de ofrecer a nuestros lectores y lectoras, y al conjunto de la sociedad navarra, informaciones veraces, opiniones y reflexiones plurales y libres, y análisis fundados. A Maya le ha molestado que ese vídeo, en el que se muestra la secuencia completa de lo ocurrido, y cómo el agresor encarcelado ve venir un puñetazo previo del policía municipal estando acompañado por sus padres, cuestiona desde la base sus palabras e interpretación política de lo sucedido, también seguramente las consecuencias judiciales que de su versión inicial se pueden derivar. Sin duda, le molesta también que ese vídeo sea el colofón que deja en evidencia lo que ha sido una desastrosa gestión en la preparación de los Sanfermines de 2022. Un compendio de errores, rectificaciones y anuncios a bombo y platillo que se fueron por el sumidero al fracaso. Afortunadamente los pamploneses y pamplonesas han dado una nueva lección ciudadana y han vuelto a disfrutar y vivir los Sanfermines como lo que siempre han sido, unas fiestas populares, abiertas y solidarias, con sus claroscuros también, y al margen de sus ansias personales de imponer un protagonismo que no le corresponde. La información deja en el aire la posibilidad de que Maya hubiera visto esas mismas imágenes y hubiera optado por ocultarla a la opinión pública y a la propia jueza. Eso sí sería grave. Y si no las vio, un mal trabajo de quienes se encargaron de la investigación de los hechos.