El Grupo VW prevé en el primer trimestre de 2026 comenzar a fabricar vehículos eléctricos en Landaben. La pregunta es cuánto empleo se va a perder por el camino en este impasse y si las previsiones de ventas en el mercado del eléctrico van a ser tan optimistas como se prevé. Es decir, mantener su capacidad máxima productiva en 400.000 coches al año, y el empleo actual entorno a los 5.000 trabajos directos, tal y como proyectan. Apenas mes y medio después de que el grupo alemán anunciara una potente inversión en la factoría de Landaben que se convertía así en un referente en la transición hacia el vehículo eléctrico, la misma empresa confirmaba al comité que dejará de producir el Polo el año que viene, más todo el proceso de electrificación, implica un fuerte excedente de empleo, próximo a las 2.000 personas durante año y medio. Las perspectivas de entrada no son halagüeñas aunque se hable de una situación temporal. El comité ve preocupantes las noticias relativas a los volúmenes de producción previstos para el periodo 2024-2027 y está hablando de un posible ERTE como alternativa para proteger el empleo y de formación. Es la otra cara de la electrificación y la amenaza del imparable proceso de robotización que va a marcar el futuro de muchas industrias no sólo la automovilística. Volkswagen Navarra invertirá 1.024 millones de euros, con ayuda de fondos europeos, entre 2023 y 2027 para la transformación de sus instalaciones. La apuesta por la industria automovilista en Navarra ha supuesto una fuerte dependencia de la planta alemana en la estabilidad económica de la Comunidad. En este caso preocupa la reconversión de un sector que ha recibido importantes ayudas del Gobierno foral desde su inicio. Inquietud por el futuro que ya lo vimos hace apenas dos años cuando presentó Tesla su nueva fábrica de coches totalmente robotizada en Shangai. El coche eléctrico ya está aquí. A partir del 2035 todos los turismos que se vendan en la UE serán de “cero emisiones”, vehículos de combustión, gasolina, diésel e híbridos. Y vamos tarde. El eléctrico, un producto por otro lado poco asequible todavía, supone un enorme desafío para la industria automotriz de este país -segundo fabricante europeo- y para sus proveedores. Las fuertes inversiones públicas (UE-Estado- Navarra) deben servir no sólo para crear plantas de tecnología avanzada sino para mantener y generar empleos. Subvenciones que de hecho deberían ir condicionadas.