La toma de posesión hoy de Donald Trump como presidente de Estados Unidos por segunda vez abre una etapa incierta pero amenazante para la garantía de supervivencia de los valores de defensa de las libertades, el respeto a los derechos humanos, civiles y políticos y la garantía de justicia e igualdad consustanciales a un sistema democrático, así como el respeto al derecho internacional y a las relaciones equilibradas y leales entre países. Todo ello, y mucho más, está en peligro en esta segunda era Trump. Los meses posteriores a las elecciones ampliamente ganadas por el magnate republicano han aportado sobradas pistas sobre las intenciones del presidente norteamericano para su nuevo mandato, empezando por la elección de su núcleo duro, encabezado por su mano derecha, el hombre más rico del mundo, Elon Musk, y el resto de su equipo. Liberalismo a ultranza sin intervención ni contrapesos, políticas antiinmigración, regresión en las apuestas energéticas y negacionismo climático, eliminación de derechos laborales y de igualdad, abolición de la “ideología de género”, expansionismo con tintes imperialistas unido a alianzas con sátrapas que buscan un difuso nuevo orden mundial auguran una legislatura de corte ultraderechista y autoritario en EE.UU. Las informaciones que apuntan al inicio mañana mismo de macrorredadas de migrantes en Chicago y también en Nueva York para su inmediata deportación y, en cualquier caso, el terror instalado entre los extranjeros ante el eventual cumplimiento de una de las promesas estrella de Trump durante la campaña son indicativos del clima de tensión existente en el país. En su último mensaje como presidente, Joe Biden advirtió de que en EE.UU. “está formándose una oligarquía con riqueza extrema, poder e influencia que literalmente amenaza toda nuestra democracia, nuestros derechos y libertades básicas y una oportunidad justa para todos de salir adelante” y denunció el auge de un “complejo industrial tecnológico que podría plantear peligros reales” para el país. Un lúcido análisis de lo que representa Trump, junto a Musk y el resto de grandes ricos que manejan los hilos de la desinformación y los bulos. Hoy, toda la derecha y la extrema derecha internacionales estarán entregadas a Trump, convertido en el gran ariete de esa terrible amenaza que acecha al mundo.