Hoy, sin preámbulos. "Cuatrienio decadente para España", reza el encabezado del editorial de La Razón. Según su autor, todo lo que pasado desde que Sánchez duerme en Moncloa a haisdo un horror: "La intolerancia a la verdad es otro rasgo singular de esta administración, así como su estajanovismo propagandista que apuntala el relato ejecutivo de burbujas y castillos en el aire sobre promesas tan sonoras como evanescentes. La peor corrupción es la de una gobernanza que adultera las bases de la democracia. La codicia del despotismo es la involución de la responsabilidad y la representatividad políticas. Ese desapego de la realidad lo es de la gente y ni un sondeo desmiente eso".

Sin salir del diario azulón, encontramos a Chapu Apaolaza soplando las cuatro velas negras: "¿Quién dijo que no se podía gobernar con el populismo radical de izquierdas, los independentistas y Bildu, eh? El sanchismo cruza cualquier línea roja con tal de mantenerse en el Gobierno porque entiende que el bien superior es el propio sanchismo. Se viene dando una peligrosa asimilación entre el país y el líder según la cual, el que está a favor de Sánchez es bueno y está a favor de España, y el que está en su contra, está en contra de España. Así Feijoo parece el doctor Mengele y Arnaldo Otegi, premio Nobel de la paz".

Cosa curiosa, en ABC (por lo menos, hoy) los columneros salen por otras peteneras y el cumpleaños solo merece el segundo editorial. ¿Solo? En realidad el concentrado de bofetadas en pocas líneas es digno de reseña: "Más que cuatro años, parecen haber pasado muchos más. Pedro Sánchez ha socavado principios democráticos básicos que ningún presidente antes se había atrevido ni siquiera a insinuar; ha intervenido y colonizado las instituciones esenciales del Estado; se ha entregado al independentismo y al blanqueo de Bildu; su agenda ideológica es revanchista; sus leyes sociales están diseñadas para fracturar a la sociedad; y ha anulado al PSOE como un partido progresista, constitucionalista y abierto al debate y la discrepancia interna".

En El Mundo, Javier Redondo hace un flashback y recrea algunos pormenores de la moción de censura que mandó a Rajoy de vuelta a Santapola. Toda la pieza se resume en estas dos frases: "En la España del ruido, megáfono y plató, el pancismo pastó y se instaló a sus anchas. Lo que pareció claro era borroso; lo azaroso de hoy es demasiado real".

Antonio R, Naranjo se queda a gusto en El Debate. Su descarga es una kilométrica relación de desdichas ocurridas desde aquel 1 de junio de 2018. Entre otras, estas: "Ha entregado sus investiduras, su Gobierno, sus Presupuestos y todas sus decisiones relevantes a un partido encabezado por un terrorista, otro por un golpista y uno más por un chavista. Ha tenido todos los gestos imaginables con ETA y sus amigos y ninguno de los necesarios con sus víctimas, arrinconadas como si fueran una molestia".

Y todavía es más larga la filípica de Jorge Vilches en Vózpopuli, "No me cabe la menor duda de que este periodo iniciado en 2018 será visto por los historiadores como una calamidad sin fin", comienza el texto. A partir de ahí, el consabido repaso de las catástrofes, para acabar colgando a Sánchez el baldón de gafe y remata derrochando quintales de homofobia rancia: "Y no es porque sacara al dictador Franco del Valle de los Caídos, que no importaba a nadie ni un higo, sino porque es gafe. La pandemia, la Filomena, el volcán de La Palma -cuya población sigue esperando el dinero que Sánchez prometió-, la guerra, y ahora la viruela del mono, cuyo foco son las saunas gays, un sector que forma parte del negocio familiar".