No falla. Como cada año, para la prensa cortesana el discurso navideño de Felipe VI es el mejor desde que ocupa el trono que le cedió a regañadientes el hoy asilado en Abu Dabi. Allá vamos con el concurso de flexiones de rodillas y lengüetazos…

La verdad que duele a los socios del gobierno”, brama el editorialista de La Razón señalando a los malandrines que no han aplaudido con las orejas las naderías del monarca. Pues que chinchen y rabien: “Es lógico que los enemigos de la Constitución, aquellos que quieren acabar con el tiempo de bienestar, prosperidad y libertad que supone el extraordinario legado de la transición, que conspiran contra la convivencia y la concordia de los españoles, ataquen a Don Felipe y demonicen su extraordinario discurso. Lo anómalo, lo inaudito, es que estos mismos compartan la dirección del Estado. Pero la opinión pública está con el Rey y, como él, es consciente de que la democracia atraviesa riesgos graves a los que habrá que hacer frente”.

Postrada de hinojos, Carmen Morodo sentencia en el diario azulón: “Solo el Rey tiene razón”. Basta el arranque la pieza: “Ha sido necesario que hablara el Rey para que las debilidades de nuestra política se sientan insoportables. A mí me ha convencido el jefe del Estado, me ha parecido valiente y responsable. Ha hecho su discurso navideño más sólido y más pegado a la realidad, y frente a los aspavientos y frente a las sobreactuaciones con las que cada día nos obsequian nuestros representantes políticos, el Rey ha señalado las heridas que nuestra política está dejando en aquello que es de todos”.

"Felipe VI es un jefe de Estado ejemplar, prudente y eficaz. Es un impedimento para Podemos, ERC, JxCat, los filoetarras y los grupos antisistema que quieren un proceso constituyente que imponga una república"

Francisco Marhuenda (La Razón)

El director del periódico con la tilde rojigualda, Francisco Marhuenda, suma y sigue: “Felipe VI es un jefe de Estado ejemplar, prudente y eficaz. Es un impedimento para Podemos, ERC, JxCat, los filoetarras y los grupos antisistema que quieren un proceso constituyente que imponga una república y un modelo confederal que sería el camino para acabar con la unidad de España. Por eso, no les gusta ni el Rey ni su Mensaje de Navidad”.

Por ahí va también el editorialista de ABC. Si se pican los malos, vamos por buen camino: “Desde Podemos a Bildu, pasando por ERC o el PNV, los partidos del llamado 'bloque de investidura' arremetieron contra el Rey, como es su costumbre. En esta ocasión, lo hicieron por sentirse concernidos directamente por un mensaje –oportuno, valiente, medido, prudente– en el que Don Felipe puso el dedo en la llaga del deterioro que amenaza las bases de nuestro Estado de derecho”.

Sin dejar de mencionar a los disolventes, el editorialista de El Mundo se pone nostálgico y recuerda la parrapla del mismo tipo hace cinco años: “De nuevo, como en octubre de 2017, la Corona volvió a erigirse en su papel de arbitraje y moderación como un baluarte firme de la unidad de España y de la concordia, el orden constitucional y los principios del liberalismo político frente a los deslizamientos populistas que pretenden disolver el Estado mediante el debilitamiento de los contrapesos básicos”.

“Ecos de Lincoln en un mensaje del Rey con tintes dramáticos”

Pedro J. Ramírez (El Español)

También Pedro J. Ramírez recuerda ese momento en la lisonja a modo de editorial que dedica al inquilino de Zarzuela: “El Español no tiene la menor duda de que este discurso del Rey ha sido el más significativo y trascendental desde el que pronunció el 3 de octubre de 2017, tras el golpe de los líderes del procés en forma de referéndum ilegal de independencia. Como en aquella ocasión, sus palabras no deberían caer en oídos sordos”. El título de la moralina merece un doble subrayado: “Ecos de Lincoln en un mensaje del Rey con tintes dramáticos”. Se lo juro.

Según el vocinglero de El Debate Antonio R. Naranjo, el discurso fue directo a la yugular del presidente del gobierno español. “El Rey pone a Sánchez en su sitio” es el título de la filípica que acaba así: “Que glosadas una a una las mejores frases del Rey sean una evidente enmienda a la totalidad de lo que representan Podemos, ERC, Bildu y este PSOE echado al monte, ofrece una esperanza: o el jefe del Estado le ha colado un gol por la escuadra al arrogante presidente del Gobierno; o le ha lanzado una advertencia gloriosa envuelta en una retórica irreprochable”.

En Vozpópuli, José Alejandro Vara se revuelve contra los pérfidos que han osado criticar a su preparada majestad: “Ya se escuchan voces disgregadoras, las de siempre, que aventan la venenosa cizaña con mensajes desgastados, eslóganes infames, argumentos de arcada. El mensaje del Rey es fascista, de ultraderecha y reaccionario. Lo de siempre. Lo inquietante es que cada día que pasa, este griterío infame se piensa más firme, sin obstáculo alguno que impida su avance”.

Antonio Caño se marca también un chupetón en The Objective: “El discurso del Rey vino de nuevo a rescatar al país de su incompetente clase política. Esta vez, después de varias semanas de desasosiego y deliberada polarización que habían puesto en riesgo la credibilidad de nuestras instituciones democráticas. El grito de ¡Viva el Rey! no está hoy reservado a los monárquicos tradicionales, sino que lo comparten muchos otros que quieren expresar simplemente su respeto a la única institución en la que ven representados con nitidez sus valores democráticos”.

He dejado para el final a José García Domínguez, que en Libertad Digital deja en evidencia a los autores de todos los entrecomillados anteriores: “Don Felipe VI, un hombre cuyo oficio le exige ser monárquico, no dijo nada en su tradicional alocución navideña de este año; algo que constituye, sin duda, la mejor manera de garantizar la preservación en el tiempo de la institución que él y su familia representan”.