Comparto la carta de Natxo Barberena sobre los árboles y las murallas. No solo hay árboles sino maleza y suciedad rodeando la muralla; si hay vegetación en la misma, debería ser baja, dejándola siempre libre a la vista porque si una ciudad amurallada no deja ver la muralla, ¿qué sentido tiene? Daría igual que no tuviera.