Se ha anunciado públicamente un nuevo acuerdo entre los fanáticos talibanes islamistas de Afganistán y EEUU para la retirada de las tropas estadounidenses de ese país en 14 meses. No es nuevo este tipo de anuncios. Llevan años produciéndose uno tras otro -curiosamente, el horizonte de 14 meses para la salida de los soldados de EEUU es siempre el mismo-, aunque nunca hasta ahora han acabado de cumplirse. En todo caso, supone el reconocimiento explícito de que la invasión de Afganistán hace 18 años fue otra gran mentira al amparo de los intereses bélicos y económicos del entonces todopoderoso Occidente que se ha saldado con un inmenso fracaso. Como en Irak, Libia, Yemen o Siria. Casi 3.000 soldados estadounidenses muertos allí -también casi un centenar de militares españoles-, miles más de heridos y, sobre todo, cientos de miles de víctimas civiles inocentes, desde ancianos a niños y niñas. Y con la complicidad y participación directa de la OTAN y de la UE. Esa guerra nunca tuvo como objetivo la defensa de las libertades y los derechos humanos de los afganos, y menos aún instalar un sistema democrático en ese país. Eso fueron argumentos de simple propaganda para justificar una guerra más. No ha sido una misión humanitaria -las tropas de EEUU y de la OTAN son responsables directos de masacres de civiles-, ni se ha implantado un gobierno basado en esos valores. De hecho, el abandono de EEUU volverá a dejar a los afganos y afganas en manos de los talibanes y su aplicación fanática de las leyes islámicas. Abandonados a su suerte como han estado desde que Afganistán se convirtiera hace ya 40 años en un territorio más del mundo objetivo de la Guerra Fría que libraron durante años EEUU y la desaparecida Unión Soviética. De nuevo abandonados a un negro futuro para millones de civiles. Otra gran estafa política de la que quizá sepamos todo su alcance y verdad si algún día los responsables de estas mentiras que justifican guerras y masacres comparezcan ante un tribunal internacional para ser juzgados por crímenes de guerra y genocidio.