o se puede querer todo. Hay barrios envejecidos, barrios con parejas jóvenes, otros con mayor peso de la inmigración y núcleos donde les han crecido los chavales como la hierba sin cortar como es el caso de Mendillorri. Barrios donde ha costado tener locales comunitarios, ahora cerrados, y donde no ha sido fácil arraigar a las cuadrillas para evitar la atracción del centro de la ciudad. Hubo años donde las bolsas de marihuana entraban con impunidad, y donde los colectivos han trabajado duro, pese a las dificultades, por buscar alternativas de ocio. Hasta ayer tenían 69 positivos en covid en un foco con origen en bares de Pamplona. Y con ramificaciones también en otros municipios de la Comarca. Algunos vecinos se mostraban ayer indignados por el hecho de que una 'fake' como era el presunto partido anunciado en redes sociales entre "infectados y negativos" fuera utilizada para criminalizar a todos los jóvenes de Mendillorri. "La chavalería está en su casa. No es justo", decía uno de los educadores sociales que hablaba de un intento de denostar la imagen del barrio. Lo cierto es que sucesos como el macrobotellón del pasado junio (250 jóvenes) no fue de gran ayuda. Muchos de ellos tienen mayoría de edad y son responsables de lo que hacen. No hay que poner en una diana a tod@s. Pero habrá que hacer pedagogía (¿visitas a UCI?) con los 'elementos' más conflictivos. Por inconscientes o insolidarios.