os formulamos la pregunta varias veces en la redacción: ¿qué estamos haciendo mal? ¿Por qué Navarra tiene unas cifras de incidencia de covid-19 tan altas, solo superadas por Madrid? La duda la hemos intentado trasladar a las autoridades sanitarias sin obtener una respuesta concluyente. Algún alto cargo ha pasado momentos de apuro interrogado en directo por esa misma cuestión y no ha podido enhebrar un argumento. No lo tienen. Tampoco nosotros. Podemos hablar de los botellones, de la relajación en los usos sociales, las aglomeraciones en torno a establecimientos de hostelería, de la falta de responsabilidad, de las no fiestas, de la pérdida del miedo o de falta de credibilidad en quienes lanzan unas recomendaciones que cambian de un día para otro. De todo hay. Pero ¿por qué en Navarra la tasa es tan alta y en Asturias tan baja? ¿Por qué quienes han viajado al exterior reconocen que aquí las normas son más estrictas que en otros países y, sin embargo, los positivos siguen desbocados? En Francia la gente sale en masa a la orilla de la carretera a ver el Tour y ha abierto parte de los estadios de fútbol, y no hay ni tanta alarma ni tantos casos. Algo estamos haciendo mal o es que el covid se ha cebado con nosotros. Vamos al confinamiento de cabeza.