a relación de los cargos de UPN con el cobro de dietas es ya una costumbre. Mala, pero costumbre. Pareciera que a sus dietas las carga el diablo. De los cobradores de aquellas dietas opacas de Caja Navarra dobles y triples por acudir a sesiones seguidas de apenas unos minutos en las que no se hacía ni se decidía nada -Sanz, Barcina, Miranda y Maya- llegan ahora las dietas del alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, también de UPN y ahora en Navarra SumaAlejandro Toquero. De las dietas opacas -esto es, se cobraban de forma secreta hasta que DIARIO DE NOTICIAS hizo pública su existencia- de hace 10 años que pagaba la Can a esos cuatro altos cargos de UPN (fueron decenas de miles de euros) pasamos ahora a las dietas despistadas de Toquero. Esto es, dietas por asistencia a diferentes organismos -la Ciudad Agroalimentaria o la Federación de municipios y Concejos de Navarra-, que pese a ser incompatibles con la dedicación exclusiva de Toquero como alcalde de Tudela acabaron en su cuenta bancaria en lugar de en la Tesorería del Ayuntamiento. Por despiste "cayó en mi número de cuenta", argumenta Toquero. Debieron de caer esas dietas del cielo ribero después de haber dado el número de cuenta particular del alcalde a los organismos que ingresaron las dietas. De chiste la explicación. La cantidad no ha sido mucha esta vez, casi 700 euros, pero la cifra no resta gravedad al hecho. Las explicaciones del propio alcalde son tan estrafalarias como absurdas. Más allá del argumento del despiste, Toquero admite que si no hubiera habido una pregunta de la oposición municipal de I-E sobre el cobro de esas comisiones, no se hubiera dado cuenta de la ilegalidad. Esto es, que esas y otras dietas despistadas hubieran seguido cayendo del cielo a su cuenta bancaria particular sin él, pobre, saber por qué. También alega que desconocía la ordenanza que explicita que el alcalde de Tudela sólo puede cobrar su sueldo de dedicación exclusiva y que las dietas de asistencia a los diferentes organismos deben ir a las arcas municipales. Más allá de que ese posible desconocimiento no le exime del cumplimiento de la legalidad, el problema de Toquero es que esa ordenanza la firmó él mismo. Esto es, o no se lee los documentos que firma o no entiende lo que lee antes de firmar. No sé qué es peor. Tampoco tiene un pase como justificación. Y cuestiona la seriedad con que toma sus responsabilidades políticas como alcalde de Tudela. Al final, como sus antecesores en el caso de las dietas opacas de Can, una vez pillado, a devolver los euros y a intentar echar sobre el caso la manta del olvido rápidamente.