olo los locales con más espacio han podido mantener cierto ritmo, y es importante no cerrar porque el club ha sido siempre un lugar de acogida, de socialización", asegura Joaquín Almoguera, presidente de la nueva confederación Tercer Tiempo, que aglutina a tres federaciones de entidades de jubilados en Navarra. Reivindican la necesidad de recuperar sus centros para seguir activos y aprovechar su tiempo libre en estos lugares de encuentro, donde realizan todo tipo de iniciativas, desde talleres de memoria, acompañamiento a centros de salud a personas con problemas o partidas de mus. Y detrás, el compromiso de muchas personas voluntarias. En este momento lo único que está permitido es ocupar el 30% de aforo y eso supone que muchos jubilados, algunos de avanzada edad, que compartían su tiempo y sus problemas no puedan acudir. También existe mucho miedo. Miedo a ir a espacios cerrados y una brecha digital que les impide acceder al entretenimiento y la socialización por internet. Frustración hay también entre los jóvenes por la falta de alternativas de ocio y un exceso de celo en su vigilancia, que es lo que ha ocurrido en Mendillorri, lo que no justifica la violencia. La represión no es la solución. Y parece claro que en esto de los aforos no todos los barrios se controlan de igual manera.