o voy a cuestionar la decisión de la concejalía de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Pamplona de no intervenir este pasado fin de semana en el parque de Yamaguchi para dispersar un botellón que protagonizaban unos grupos de jóvenes alegando "no provocar un problema de orden público". Más o menos, el concejal responsable del Área, Javier Labairu, vino a explicar que intervenir hubiera originado un problema mayor al problema que ya supone en plena pandemia reunirse públicamente incumpliendo las normas y las restricciones. Ya digo que no lo voy a cuestionar. Supongo que la decisión responde a una valoración policial de los responsables de la Policía Municipal. Otra razón de cualquier otra índole personal o política apuntaría a responsabilidades políticas y posiblemente penales de quienes la tomaron. Esto es, se permitió el incumplimiento de la legalidad vigente para evitar, se supone, lo que podía ser un daño mayor. Puede ser un argumento. Pero en el caso de Labairu y el modelo policial que dirige es más bien contradictorio. Ha habido otros botellones similares en otras zonas y barrios de Iruña en los que la Policía Municipal, a veces en compañía de la Policía Foral, ha actuado con contundencia policial. Con todo lo que la expresión implica en su significado tanto lingüístico como social y político. En esos casos, Labairu no dio explicación alguna por los problemas de orden público, las molestias a los vecinos y el malestar originados. En ese caso, el argumentario era la necesidad de firmeza en defensa de la ley. Se ve que en la Pamplona de la gente normal de Maya, los conceptos se estiran y encogen por barrios. En unos, menos, y en otros, más. Con todo, el intento de explicaciones de Labairu -fue eso, un burdo intento- aún deja en el aire incógnitas más inquietantes. ¿Significa eso que a partir de este fin de semana hay barra libre para este tipo de botellones que incumplen las restricciones actuales por la pandemia del coronavirus? ¿Se trata de juntarse cuantas más personas mejor para evitar la intervención policial? Se supone que el mismo problema de "no provocar un problema de orden público", que, al parecer, para Labairu lo originaría la actuación policial, será el mismo, ya sea en Yamaguchi, el II Ensanche, la Rochapea, Lezkairu, Txantrea, Iturrama o cualquier otro barrio de Iruña. No lo veo claro, señor Labairu. Es cierto que las reuniones de jóvenes y no tan jóvenes e incluso de nada jóvenes pueden suponer una problemática de actuación policial, pero es responsabilidad de Seguridad Ciudadana afrontarlos como cualquier otro asunto de intervención, con proporcionalidad, normalidad y principios democráticos. Es la labor profesional propia de una Policía Local moderna, social e integral, comprometida y cualificada para asumir la responsabilidad de salvaguardar la democracia y los intereses generales en materia de seguridad de la sociedad. Lo contrario a una Policía Municipal al servicio de intereses partidistas, de disciplina militarista, discrecional y de bases atemorizadoras según dónde y con qué ciudadanos. No sé, creo que la ha liado buena, quizá innecesariamente y quizá por otro tipo de razones. Alguien tiene ahora que deshacer su entuerto.