ada vez que conozco un caso de un nuevo suicidio me estremezco de tristeza y de impotencia. El último caso, un padre de tres hijos muy cerca de Pamplona. El gerente de Salud Mental asegura que los suicidios se dan más en hombres que en mujeres porque les cuesta más pedir ayuda, "nos educan para ser potentes, no llorar y no mostrar debilidad". Solo en este primer cuatrimetre, ha habido 84 intentos en Navarra. Leire Izaguirre, experta en Suicidiología, dice que hay que hablar de ello para poder afrontarlo: es un "fracaso de toda la sociedad". Hablar para prevenir. Sin pensar, como ocurrió con la violencia machista, en el 'efecto espejo'. La red social (incluyendo los recursos públicos sanitarios y sociales) y familiar es muy importante para detectar a tiempo problemas que tienen que ver con la salud mental, las dificultades económicas o emocionales (el aislamiento ha agravado el sufrimiento en la pandemia), el consumo de drogas, etcétera. Ayudar en la medida en la que se pueda, sabiendo escuchar los problemas de los otr@s o provocando ese diálogo. Y en ese sentido la pandemia seguramente nos haya vuelto más individualistas. Como también es posible que al sistema sanitario le sobren pastillas y le falten terapeutas... Cuando alguien se ha colgado de un puente, tirado de la ventana, ahorcado en el trastero, aspirado monóxido, ingerido fármacos o se ha colocado una bolsa en la cabeza, lo ha hecho desde la desesperación. Y una se pone en los zapatos de esa mujer, de ese padre o de esos hijos o hermanos que no encuentran muchas veces respuestas y que se sienten culpables. ¡¡¡Terrible!!!