El Casco Viejo es el único barrio de Pamplona que no dispone de un polideportivo y el que menos espacio tiene para el aparcamiento en superficie. Dos déficits que hoy estarían prácticamente solucionados si el proyecto para construir un parking subterráneo en Santo Domingo coronado con un polideportivo no llevara 28 años en el baúl de los recuerdos. De vez en cuando, dicho proyecto sale a pasear mientras se estudia su viabilidad técnica y económica, pero siempre hay alguna razón por la que se la da carpetazo. La pasada legislatura se dio un impulso a esta infraestructura que parecía el definitivo. El Ayuntamiento consultó a los vecinos con un resultado que no ofrece dudas. El 91% lo veía prioritario y el 52% estaba dispuesto a hacerse con un plaza de aparcamiento en alquiler o en propiedad. Pese al masivo respaldo, la excusa para frenar su construcción fue económica. Sin embargo, más bien parece falta de voluntad política para realizarlo por un equipo de gobierno que no escatima en otros gastos (más de un millón en reparar la pasarela del Labrit que sigue cerrada o la broma de 178.000 euros en la bandera gigante de Navarra) y que no se sonroja cuando cobra impuestos a 5.378 turismos en un barrio con solo 3.742 plazas de aparcamiento.