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Mesa de Redacción

Félix Monreal

Pasión por los Gigantes

Imágenes de la primera salida de la Comparsa de Gigantes estos SanferminesUnai Beroiz

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No sabría situar el momento en que la despedida de los Gigantes se convirtió en un acto multitudinario. Recuerdo algún 14 de julio en el interior de la antigua estación de autobuses, con las figuras sorteando en sus bailes los incómodos escalones de acceso al almacén. Llegó un día en el que maniobrar entre tanto gentío, inclinarse para recibir el beso de niñas y niños, resultaba incómodo. Si la Comparsa ha arrastrado siempre a numerosos incondicionales, la fiebre desatada entre los críos va en aumento. Basta con observar a las comparsas de los pueblos, acompañadas por pequeñas figuras manufacturadas, artesanía doméstica para fomentar la cantera.

La proliferación de miniaturas, de yeso o de plástico, también contribuye a asentar una afición que pasa de un hermano a otro, multiplicando la presencia de figuras. De tal forma que el pasillo de la vivienda acaba simulando una calle Mayor en la que no puedes dar un paso mientras que unas manos menudas giran a los monarcas a toda velocidad y con su aflautada voz simulan el sonido de las gaitas. Así, uno a uno, en una ceremonia meticulosa. Si tienen txikis en casa, ya saben de qué hablo. Por eso no me extraña que algunos adultos se emocionen en la despedida más que los pequeños.