La juventud ha tomado las riendas en la lucha contra el cambio climático a nivel global y en Navarra los y las jóvenes nos encontramos ante una oportunidad histórica que no podemos dejar pasar y que este mismo 15 marzo se materializa en la convocatoria de huelga estudiantil internacional por el clima. Tenemos la oportunidad, como ha sucedido con el 8-M, de crear un movimiento transversal, que englobe a todo tipo de personas, independientemente de sus ideologías, para crear una auténtica marea.

Y desde los partidos políticos, nos toca acompañar y empujar a estas mareas para que sus reivindicaciones lleguen a las instituciones y se produzcan esos cambios que ya pide gran parte de la sociedad. Desafortunadamente, esta semana hemos podido comprobar cómo los partidos liberales y de extrema derecha han impedido en el Parlamento Europeo escuchar la voz de la activista de 16 años, Greta Thunberg, porque según estas formaciones, Thunberg “no es una autoridad ni un cargo electo”.

Olvidan que ella ha vuelto a poner sobre la mesa un tema fundamental para la supervivencia del ser humano y que ha movilizado a miles de jóvenes en todo el planeta. Y las reivindicaciones son claras. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, estamos a unos 11 años de llegar a un punto de no retorno. Para evitarlo, nos dicen que deben realizarse cambios sin precedentes en la próxima década como reducir las emisiones en un 80% para 2030.

Y aquí, en Navarra, también tenemos un papel imprescindible en esta lucha. Desde Podemos Ahal Dugu presentamos hace pocos meses una ambiciosa ley de protección al medioambiente en Navarra centrada no solo en la sanción a quien vulnere la legislación ambiental sino en la obligatoriedad de reparar el daño causado, un proyecto que hablaba también de contar con un informe de impacto ambiental en cada ley que se tramitara, en establecer los valores de límite de las emisiones y de controlar su cumplimiento, fomentar la actividad de asociaciones y organizaciones dedicadas a la defensa del medioambiente que no tengan ánimo de lucro, evitar que se superen los niveles máximos de contaminación acústica, potenciar actividades dirigidas a educación y concienciación ambiental o que la Administración implementara todas las medidas necesarias para mejorar la calidad del aire.

Nuestra propuesta no salió adelante por falta de voluntad política de la mayoría de los partidos y el Gobierno se escudó en una ley que estaban preparando y que no ha visto aún la luz. Probablemente ya no lo hará en esta legislatura. Así las cosas, ahora, es más necesaria que nunca esa marea joven y ecológica navarra que luche por nuestro medioambiente. Una lucha, en la que hay que dejar de lado etiquetas e ideologías, porque lo que está en juego es el futuro: el tuyo, el mío y el de las próximas generaciones.

La autora es candidata al Ayuntamiento de Pamplona por Podemos Pamplona