Estamos ante nuevas elecciones, tratando de encajar en el difícil entramado político que, en vez de ser el arte de lo posible, se me antoja delirio de lo imposible. Perpleja escucho el discursear de candidatos/as, algunos de la tierra, vociferando insultos y barbaridades desde su propio punto de vista histórico, como las pronunciadas por Isabel Díaz, candidata del PP a la Comunidad de Madrid, que “Cataluña, Navarra y País Vasco es lo peor que tiene el país”, mientras sus compañeras, Beltrán y Cayetana, se van de paseo por Nabarra tratando no tan solo de afrentarla sino de derechizarla con la maquiavélica intención de, a mayor aberración expresada y exhibición de victimismo, aumento de votos, pese a que en las pasadas elecciones no fue asunto acertado. Lo de plantear ideas nuevas, maniobrar con inteligencia, ofertar desde la convivencia y diferencia no encaja en sus planes, lo cual es degradante para la inteligencia de los electores que tenemos raciocinio. Y bastante paciencia.

Para ellos, y con un partido navarro involucrado en tal escarnio, supone meta primordial quitar lo que nos resta de Fuero, perdido en las guerras civiles del S. XIX y por decreto, advirtiendo, al cabo de casi medio siglo de ejercicio democrático, único en la historia de España, insolidaridad con el Estado en vez de ejemplo de gobernanza; para otros, renegados de los catalanes insumisos, a los que nos comparan en complejo discurso y a los que, aplicándoles el peso de la Ley y de un juicio que a más de largo es aburrido, pretenden echar leña al fuego en el intento pueril de solucionar de un mazazo judicial un conflicto político irresuelto en 500 años. Estos representantes populares deberían venir con la mano tendida y el cerebro despierto, no con el puño y la mente cerrados, no tratando de resucitar el doloroso espectro de ETA que parece acomodarse a sus fines, obviando que ETA nació en el franquismo donde ellos se incubaban; invocando una Constitución inmutable. Los tiempos cambian. ¿Por qué no las legislaciones? Inglaterra ha alardeado de no tener Constitución y mal no le ha ido.

Europa... obvian estos detractores, en interés propio, que el Reino Unido está en la decisión, más bien indecisión, de salirse de la misma, y que en ninguna parte hay presos por pronunciarse de una u otra manera. Que si llega la secesión, sufriremos probable crisis económica, revisión de valores y pertenencia a la Comunidad, cosa que, si está atendida, por su vocación europeísta por los candidatos de Geroa Bai que conforman CEUS, con un recorrido excelente, al que se añade la apuesta por una Europa social y feminista, según el tilde de los tiempos nuevos.

Aborrece el coro de cataleptícos de las cifras ejemplares de nuestra comunidad a la que este gobierno cuatripartito, con su equipo de profesionales encabezado por Uxue Barkos, ha atendido con excelencia tema tan fragante y que no estuvo en el calendario de los anteriores gobiernos, como el de otorgar justa reparación y digna sepultura a los fusilados nabarros de la última contienda civil, yacentes en cuentas, contra el principio cristiano de que enterrar significa resurrección. No solo les quitaron la vida terrenal, intentaron jugar con su eternidad.

Este gobierno, en pasos consensuados y oportunos, siempre transparentes, ha ahondado en nuestra tradición y eso es evolución: mantener la humedad de nuestras raíces, que son buenas, y con ellas forjar el futuro óptimo que aspiramos para nuestra Nabarra: hemos tenido, queremos seguir teniendo, tendremos, hombres y mujeres rectos de conciencia que gestionen administraciones honradas, desde los concejos hasta el gobierno, pasando por los ayuntamientos. Determinados en la mejora vigilante de la sanitaria pública y seguridad ciudadana, cuidado por igualdad de género, preparar nuestras ciudades con previsión de futuro, respeto al hermoso entorno que nos rodea, fomentando centros de educación públicos de calidad desde la Primaria hasta la Universidad, evitar el desempleo en todas sus fases, el pago justo de pensiones, la fuga de talentos. Con archivos, bibliotecas y museos abiertos para incursionar libremente en nuestra Historia y en el idioma que hablamos: somos un pueblo que por más de 10 mil años permanecemos en la dinámica vital de progresar sin renunciar a nuestra tradición. Asimilando culturas, conviviendo con ellas, pero manteniendo la propia.

Los baremos culturales, económicos, sanitarios y sociales salen bien parados en estos cuatro años de ejercicio del Ejecutivo encabezado por Uxue Barkos, atentos a los intereses del bien común, sin discursos dogmáticos ni mal humor congénito, ni acusaciones falsas, ni interpretaciones perversas. Ha prevalecido el modelo de convivencia ciudadana, porque nos educamos, entre otras cosas, para convivir. Para poder extender la mano con respeto y reconocernos en el otro/a y hacer camino conjunto y conveniente. El bien del común.

Queremos estar en Europa con políticos capaces, no retiro para inútiles, que empujen al conocimiento de nuestra oferta social y empresarial. Queremos, desde la responsabilidad de nuestra vasconidad -fuimos reino vascón antes que España, Francia... fuesen reinos-, seguir progresando, paso a paso, codo a codo, como lo enunciara Nelson Mandela, para lograr ser capitanes/as de nuestra alma y dueños/as de nuestro futuro, concordando con el viejo proverbio vascón: Garean garean leguez/ seamos como somos.

La autora es bibliotecaria y escritora