La conmemoración del Día Mundial de la Educación Ambiental, que se celebra mañana domingo, 26 de enero, nos sirve para recordar que hemos de abordar un reto tan necesario como apremiante: aprender a cuidar del planeta, de los recursos y del medio ambiente. Este es el hogar de todos los seres vivos, el escenario global de la vida y, ahora mismo, está ardiendo en Australia como lo hizo hace pocos meses en el Amazonas (por citar los casos con más impacto), en una hasta ahora dramática e inimaginable escala. La destrucción se ha hecho, por desgracia, muy presente, y somos los únicos capaces de combatirla.

En Navarra, donde la preocupación por el medio ambiente ha sido tradicionalmente alta, NILSA -sociedad pública de Gobierno de Navarra dedicada a saneamiento y depuración- lleva 30 años tratando de educar y concienciar acerca de los buenos usos de este preciado recurso. Su programa educativo nació en 1999 y en 2019 ha batido récords de asistencia, lo que demuestra una implicación creciente por parte de la ciudadanía, a quien nos gustaría dar las gracias desde estas líneas. Gracias por ser consciente de que involucrarse, con civismo e inquietud, resulta clave para el éxito de la preservación: mantener la riqueza natural comienza con una buena educación, con el gusto por el saber para poder actuar adecuadamente. Así, el agradecimiento es el primer mensaje que quiero lanzar antes de desgranar algunos datos.

En 2019, 547 grupos integrados por 9.155 personas participaron en el programa educativo de NILSA. Los talleres escolares fueron las actividades más demandadas (con 5.812 participantes distribuidos en 303 grupos). Además, el público no escolar sumó el pasado año 1.858 participantes en 99 grupos. Estos datos son significativamente superiores a los de otros años e indican cómo cala entre todas las edades la inquietud por conocer el saneamiento, la depuración, el ciclo del agua y su imbricación en un escenario de cambio climático (en 2018 participaron 7.177 personas y en 2017, 6.903).

En cuanto a formatos y temáticas, los que cuentan con mayor aceptación entre el público general son los talleres de verano, las charlas para mayores y las actividades en las orillas de los ríos. El programa es amplio, variado, y continuo a lo largo del año, además de totalmente gratuito. Se imparte en tres idiomas (castellano, euskera a inglés) y que se adapta a grupos con todo tipo de necesidades especiales (auditivas, motoras, de comprensión?), tal y como se detalle en el apartado educativo de la web www.nilsa.com. Allí es posible solicitar información o tramitar la inscripción. A partir de ese momento, el equipo del programa -con la dedicación completa de dos monitores que llevan a cabo las actividades (a quienes aprovecho para felicitar por su empeño en mejorar día a día la oferta educativa)- intentan adaptar cada actividad a los requerimientos del público solicitante.

Por otra parte, es necesario subrayar que el programa alcanza a todas las localidades navarras en el ámbito de actuación de NILSA (un ámbito foral, exceptuando la capital y sus localidades limítrofes, competencia de Mancomunidad de la Comarca de Pamplona). Esto supone que cualquier ciudadano o ciudadana de los lugares más dispares -desde las Bardenas hasta el Bidasoa- puede conocer el ciclo del agua y la depuración sin tener que desplazarse más allá del aula de su localidad o hacerlo en un tramo de su río. El equipo de monitores acude allí y explica las infraestructuras que vertebran Navarra. En este caso, referidas al saneamiento, como parte de un todo cohesionado que pretende ser homogéneo, no solo a la hora de construir instalaciones sino también de concienciar sobre ellas y explicar su objetivo último: el buen estado de los ríos. Todas las infraestructuras y toda la población, independientemente de su peso demográfico, adquieren para nosotros el mismo protagonismo, por eso les ofrecemos las mismas oportunidades de conocimiento de su entorno cercano, de lo que más les afecta.

Por todo ello, desde NILSA nos gustaría que cada año más personas se sumaran a este programa. Lograrlo significaría un caso de éxito para el medio ambiente navarro, para la conciencia global, para las buenas prácticas locales y para todos nosotros como sociedad. Sociedad que forma parte de un Planeta que necesita ser respetado y cuidado con actuaciones diarias, concretas y asequibles. Ese es nuestro empeño con el programa educativo. Gracias por vuestra enorme respuesta. Sigamos así, por favor.

El autor es director gerente de la sociedad pública del Gobierno de Navarra NILSA