s este mi tercer y último escrito -por ahora, al menos- sobre la temática que nos ocupa. No estoy seguro de haber sido suficientemente claro en los precedentes; espero que sí o, por lo menos, que una relectura aclare aspectos que, en sí mismos, son un tanto confusos.

Creo que habrá quedado clara la relación entre Psicología Clínica y Psicoterapia. Esta idea no excluye la de que desde otras disciplinas también se practica la Psicoterapia, pero no es el momento de entrar ahora a ese debate. Sí pretendo abrir reflexiones sobre la Psicoterapia/Intervención Psicológica en la Asistencia Pública más allá de lo expresado ya en mi anterior escrito.

Un estudio que se llevó a cabo llamado PsicAP (Psicología Clínica en Atención Primaria, puede buscarse información en Internet), supuso el ensayo clínico controlado más grande de salud mental en España. Liderado por el Dr. Antonio Cano Vindel, catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, estudió la eficacia de un tratamiento psicológico para personas con trastornos emocionales en Atención Primaria y llegó a las siguientes conclusiones:

? La conveniencia de facilitar el acceso temprano a los tratamientos psicológicos en Atención Primaria para lograr una mayor recuperación de las personas con los problemas de salud mental más prevalentes (ansiedad y depresión de intensidad leve-moderada, pero que tienen una apreciable repercusión negativa en distintas áreas del funcionamiento y de la calidad de vida). Esto no solo supondría un beneficio para los pacientes, sino también para el conjunto de la sociedad dado los altos costes sociales asociados a los trastornos mentales más prevalentes, principalmente derivados de la incapacidad laboral temporal o permanente. Sin embargo, los equipos multiprofesionales de AP no incluyen todavía la figura de un psicólogo/a clínico/a que pueda facilitar el acceso a este tipo de tratamiento psicológico sin depender de la derivación a especializada, que está saturada.

? Estas conclusiones evidencian, una vez más, los beneficios de incorporar psicólogos/as clínicos/as en el primer nivel asistencial de la salud, una medida propuesta por el Defensor del Pueblo y defendida en los últimos años por el Consejo General de la Psicología, y que, tal y como viene manifestando la Organización Colegial, redundaría en un ahorro en términos de costes económicos y sociales, al facilitar, entre otras cosas, la identificación precoz y la intervención temprana de los trastornos mentales, la reducción de los tiempos de espera para recibir tratamiento adecuado, evitando, a su vez, complicaciones en la sintomatología del paciente y la consiguiente cronificación.

Así las cosas, en nuestra comunidad foral el programa PsicAP ha adquirido, grosso modo, la siguiente articulación: desde los equipos de Atención Primaria los/as profesionales pueden derivar pacientes a ese programa, que serán atendidos en locales situados en el recinto del Centro San Francisco Javier (Chantrea) en un formato grupal, llevado a cabo durante 8 sesiones por residentes de Psicología Clínica bajo la supervisión de facultativos/as adjuntos/as.

Todos estos antecedentes me llevan a la siguiente consideración personal que quiero reflejar en este escrito y, por lo tanto, hacerla pública:

Lo estudiado, demostrado y argumentado por el estudio PsicAP es concluyente; a ello se añade la situación a la que nos ha abocado la pandemia covid-19, por la que las demandas de ayuda psicológica han aumentado claramente, y se espera que emerjan más profusamente cuando la situación de alerta vaya relajándose y las conciencias se topen de forma más despejada con ciertas realidades consecutivas a la misma.

La intervención psicológica que se presta debería reorganizarse de manera que esté más cercana a la ciudadanía que la precisa y a los/as profesionales que detectan su necesidad. En este sentido el programa PsicAP debería descentralizarse del Centro San Francisco Javier y llevarse a cabo en los Equipos de Atención Primaria buscando fórmulas eficientes (vecindad de centros, proximidad, horarios adecuados...). De esta manera se darían diversas ventajas, entre otras: el abordaje de la patología prevalente citada en las conclusiones del estudio PsicAP estaría mejor garantizado, la colaboración entre profesionales facilitada, se daría de facto la presencia de la Psicología Clínica en Atención Primaria de Salud que, como ha quedado demostrado, es más que necesaria, se facilitaría un screening en cuanto a casos abordables desde Atención Primaria y otros derivables a la Especializada...

Vuelvo, para terminar, a algo que dije en mi segundo escrito: la responsabilidad de la Gerencia de Salud Mental es mucha. Pero también la de la Atención Primaria de Salud, máxime en este tiempo de mociones para el impulso de la Atención Primaria de Salud (que, queda claro, en su nivel debe abordar ciertos problemas de Salud Mental).

El autor es psicólogo clínico del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea