os ciudadanos europeos estamos asustados por el regreso de la guerra al corazón de Europa. La invasión rusa de Ucrania pone al descubierto las debilidades y dependencias de la Unión Europea y sus Estados miembros, y su incapacidad para proyectar paz y estabilidad. Los ciudadanos europeos, y en especial los ucranianos, están sufriendo los costes de la no Europa en los ámbitos de la política energética, fiscal, exterior y de defensa.

Los Estados miembros de la UE gastan en defensa más del doble que Rusia, sin ninguna capacidad de disuasión significativa. Aumentar el gasto en defensa nacional al 2% sólo aumentará el despilfarro, a menos que se pretenda crear una verdadera unión de defensa. Esto podría comenzar con la puesta en marcha de una Fuerza de Despliegue Rápido de 60.000 efectivos, decidida en el Consejo Europeo de Helsinki en 1999; la comunitarización del Eurocuerpo para dotar al Comité Militar de la UE del embrión de una estructura integrada de mando y control de la UE, esencial para crear y gestionar esa Fuerza de Despliegue Rápido permanentemente bajo el mando de la UE; la creación de un Centro Europeo de Formación de cuadros militares para desarrollar una cultura estratégica común europea. Esto podría financiarse poniendo en común a nivel europeo los aumentos de los gastos de defensa que actualmente deciden los Estados miembros, o un determinado tanto por ciento de los gastos nacionales de defensa -al igual que se puso en común el 20% de las reservas nacionales en la creación de la unión monetaria-, o las contribuciones nacionales al Fondo Europeo de Defensa y al Fondo Europeo para la Paz podrían excluirse del cálculo del déficit estructural, al igual que las destinadas al Fondo Europeo para Inversiones Estratégicas. Lo mismo podría aplicarse a la parte de los gastos militares nacionales dedicados a proyectos europeos, como los realizados en el marco de la Cooperación Estructurada Permanente o para misiones europeas. Una defensa de la UE debe estar al servicio de una política exterior y de seguridad de la UE, por lo que requiere una unión política con una representación única de la UE en las instituciones y el ámbito internacional.

Una solución estructural a la crisis energética pasa por una unión energética y la aceleración de la transición verde mediante el aumento de las inversiones en fuentes renovables y eficiencia energética. Los precios de la energía podrían reducirse a la mitad mediante una red única de energía y gas de la UE; la compra conjunta de energía a terceros países, como en el caso de las vacunas; y una reserva estratégica de la UE, como la de Estados Unidos.

Las políticas de energía y defensa requieren inversiones de la UE y, por tanto, una unión fiscal -dotando a la UE de poderes fiscales y capacidad de endeudamiento a través de un Tesoro Europeo- y una política exterior única. Esto implica una verdadera unión política con la Comisión, como responsable del ejecutivo federal frente al Parlamento Europeo, encargada de gestionar las nuevas políticas energética, fiscal, exterior y de defensa; acompañada de la codecisión entre el Parlamento y el Consejo y de la supresión total de la unanimidad en todo el sistema de toma de decisiones de la Unión Europea.

En la Conferencia sobre el futuro de Europa los Paneles Ciudadanos y las propuestas de la plataforma digital convergen en la exigencia de una Europa más unida, eficiente, social y democrática, basada en una verdadera Constitución.

Los ciudadanos europeos creemos que esta es la hora decisiva para la UE. Por ello, hacemos un llamamiento a la Conferencia sobre el Futuro de Europa (con la participación de las instituciones europeas y nacionales, la sociedad civil y los ciudadanos).

-para exigir una nueva Constitución Europea que establezca (como se esboza también en el actual acuerdo de coalición alemán) una República Europea federal, que incluya las políticas exterior, de seguridad, de defensa, fiscal y energética;

- que el Parlamento Europeo redacte y proponga una reforma integral del Tratado o una nueva Constitución Europea sobre la base de los resultados de la Conferencia y de la nueva situación creada por la invasión rusa de Ucrania

- que el Consejo Europeo decida el inicio de una nueva Convención que tome como base el proyecto del Parlamento Europeo.

*El llamamiento fue redactado por Roberto Castaldi, Yves Bertoncini, Anna Diamantopoulou, Ulrike Guerot y Daniel Innerarity. Fue firmado por más de 200 intelectuales y personalidades de diferentes orientaciones políticas de 20 países europeos.

La invasión rusa de Ucrania pone al descubierto las debilidades y dependencias de la UE y sus Estados miembros, y su incapacidad para proyectar paz y estabilidad

Hacemos un llamamiento para que el Consejo Europeo decida el inicio de una nueva Convención que tome como base el proyecto del Parlamento Europeo

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