Estamos en un momento único para considerar rehabilitar nuestro edificio, casa, barrio o vivienda. Se ha abierto una enorme ventana de oportunidad con las ayudas europeas para poder plantearnos seriamente hacer obras en nuestras casas. Pero, aun con todas las ayudas, es una decisión compleja y que exige un esfuerzo en muchos aspectos, por lo que será fundamental acertar en las decisiones.

Si tenemos una casa antigua, de más de 20 años, sin duda debemos rehabilitar, por varios motivos: por uno mismo, por los demás y por todos. Lamentablemente, no siempre que se rehabilita se mejora, por lo que es muy importante cómo se rehabilita. Seguro que todos conocemos situaciones donde uno cambia partes de la casa para tener menos frío, pero termina teniendo problemas de humedades, de calidad del aire interior, de salubridad o de confort.

La vivienda es un sistema concatenado de espacios donde afectan muchos factores, y si sólo se busca la reducción de consumo, es fácil perder de vista otros aspectos fundamentales, por lo que se debe hacer con visión de conjunto; si en un equipo sólo se refuerza la delantera, puedes perder el partido por la defensa, y eso no es lo que queremos para nuestras casas.

Por ello, en primer lugar se debe realizar un buen diagnóstico de la vivienda, lo que nos permitirá ver los problemas existentes y valorar las mejoras necesarias. Para esta primera acción se ha planteado como herramienta el Libro del Edificio Existente (LEE), que si éste está bien realizado, será fundamental para tratar de rehabilitar correctamente. El LEE debe establecer un plan de trabajos que puede distribuir las acciones de rehabilitación en el tiempo y, por lo tanto, acompasar las acciones a un programa de inversión acomodado a los usuarios.

Una vez realizado este completo diagnóstico, toca redactar el Proyecto de Rehabilitación, donde la visión de conjunto del edificio, unido al conocimiento adquirido del análisis realizado y la capacidad de concebir nuevas soluciones, determinará el acierto en las medidas de mejora propuestas y sus soluciones constructivas. No puede suceder que se mejore un aspecto, por ejemplo, consumo energético, y se perjudique la salubridad de las estancias con la aparición de humedades de condensación, cuando no existían, por no haber estudiado el problema de un modo global. Es por este motivo que la capacidad del arquitecto para valorar la situación en su globalidad es fundamental en el proceso de rehabilitación.

A continuación, tocaría la realización de la obra. En este apartado es fundamental que la Dirección Facultativa, tanto el arquitecto como el aparejador (o arquitecto técnico), estén constantemente defendiendo los intereses de los propietarios, que su vinculación contractual sea con estos directamente, que sea objetivo e independiente a otros agentes de la actuación, de forma que cuando en obra se planteen imprevistos, modificaciones o nuevas soluciones constructivas, el arquitecto siempre esté del lado de la propiedad y eficientemente vinculado al proyecto redactado que parte de una sólida base de reforma.

Los arquitectos tienen como premisa fundamental servir de forma eficiente, independiente y objetiva a los propietarios de los edificios para ayudarles a que este complejo proceso sea satisfactorio y sencillo, de manera que las viviendas antiguas puedan adquirir el confort y salubridad como si fuesen nuevas y dar a estas una segunda vida llena de oportunidades para sus usuarios.

¿Debemos rehabilitar?, por supuesto. Sin duda, estamos ante una oportunidad única donde las ayudas además se complementan con importantes beneficios fiscales que redondean una posible buena operación, pero estos estímulos no deben empañarse, y para ello es preciso, como se ha comentado, un buen análisis de partida (LEE), un buen proyecto y una buena dirección facultativa que defienda una buena rehabilitación para sus usuarios.

Los arquitectos están ahí para servir a la calidad de vida y dignidad de las personas y de sus ciudades. Por este motivo, desde hace unas semanas, la propia Delegación en Navarra del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN) cuenta con una Oficina de Ayudas a la Rehabilitación (OAR) que atiende de forma gratuita a cualquier persona o entidad (administradores de fincas, comunidades de vecinos, Administración, estudios de arquitectura…) interesada en acometer un proceso de rehabilitación en su vivienda o inmueble aprovechando los nuevos fondos europeos que, sin duda, van a ser un hito histórico para mejorar nuestros espacios habitados. Si nuestro edificio necesita ser rehabilitado, no deberíamos dejar escapar esta oportunidad. Por el bien de nuestras ciudades y de quienes las habitamos y habitaremos.

El autor es gerente del Colegio Oficial de Arquitectos Vasco Navarro (COAVN) en Navarra