Ante las múltiples noticias, hechos y vicisitudes que nos acontecen desde hace un tiempo a esta parte con el tema del proyecto de Mina Muga, quiero expresar lo desafortunadas que me parecen muchas de las publicaciones que se están llevando a cabo. Declaraciones que no están siendo rigurosas, que están intencionadamente lejos de la realidad y que han tomado en mi opinión una inercia nada saludable.

He querido mantenerme al margen de todas ellas por respeto al proyecto. Creo que es esencial que sea procedimentalmente impecable. ¿No es esto, al fin y al cabo, lo que hacemos las administraciones públicas? Llevar a cabo cualquier procedimiento en base a un marco legal. Claro que falta la licencia de obras del Ayuntamiento de Sangüesa / Zangoza. Así lo explicamos en la web municipal desde el pasado 8 de marzo. Y explicamos también que falta el informe de compatibilidad de las 12 parcelas catalogadas como Monte de Utilidad Pública y que integran el proyecto, trámite iniciado el pasado 28 de febrero de 2023 por el Gobierno de Navarra a raíz de una petición de aclaración sobre ellas que realizó este Ayuntamiento al Gobierno de Navarra al ser un asunto no resuelto. Y además de eso, explicamos que falta la expropiación de las 20 parcelas comunales, propiedad del Ayuntamiento. Estas últimas también en fase expropiatoria por parte del Gobierno de Navarra y cuya fecha para el levantamiento de actas será el próximo 28 de abril, también alentado por el Ayuntamiento.

Aun con todo, se atendió la solicitud de Geoalcali de conceder una licencia parcial, solicitándoles que pasaran la documentación necesaria respecto a las construcciones que no afectan a las parcelas mencionadas. Parte de esta documentación se recibió el 28 de febrero. A día de hoy faltan los proyectos visados por parte de la empresa, sin los cuales tampoco se puede otorgar licencia.

Tanto el Gobierno de Navarra como la empresa son conocedores desde hace mucho tiempo de estas cuestiones.

Temas que se han hablado en reuniones conjuntas. Reuniones en las que todos hemos participado. En esa publicación en la página web del Ayuntamiento redactamos con detalle de fechas los últimos pasos dados.

En este caso, lo único que el Ayuntamiento de Sangüesa / Zangoza defiende es que se den los pasos ordenados por parte de todos. No se han dado hasta ahora porque el Gobierno de Navarra ha hecho caso omiso de aquello que advertíamos en junio del 2022; la existencia de esas parcelas catalogadas como Monte de Utilidad Pública. No se han dado porque Geoalcali pide una licencia ocupando unas parcelas que no son de su propiedad, y además algunas de ellas catalogadas sin tener tan siquiera los proyectos de ejecución visados.

Y no hemos querido publicar cada paso dado porque entendíamos que se trataba de un procedimiento técnico. Que no le venía bien al proyecto dar a conocer cada paso, carecía de necesidad, a nuestro entender. No se hacía por la complejidad del asunto, dejando esa comunicación para el momento oportuno.

Y, por supuesto, tampoco publicamos la presión que estamos viviendo. Que la vivimos injustamente por querer proteger amparados en la normativa vigente los bienes del Ayuntamiento, y por ende de su ciudadanía.

Sin iniciarlo nosotros, hemos llegado al día de hoy que el proyecto de Mina Muga se ha convertido, tristemente, en un tema político. La concesión de una licencia se ha politizado por parte de la oposición, de la empresa y de todos aquellos agentes ramificados que siguen afirmando que el proyecto pende de la voluntad del equipo de gobierno del Ayuntamiento de Sangüesa / Zangoza. Es una afirmación, acusación, muy grave. No entra en la voluntad del equipo de gobierno otorgar o no licencia alguna. Ni en este caso ni en ninguno.

Nos han llevado a un enfrentamiento equivocado cuando lo que demuestra el trayecto de ocho años por parte del Ayuntamiento de Sangüesa / Zangoza es de colaboración y coordinación. Y por supuesto también hemos defendido los intereses de nuestra ciudadanía en cada una de las reuniones mantenidas. Cosa que no puede decir la oposición, que conociendo de primera mano toda la información, vuelve a sumarse al mejor postor aun sabiendo que el trabajo ha sido impecable.

Es por eso que leer, escuchar y oír discursos sacados de contexto; parabienes de unos y defensas de otros, son cuando menos molestos para las personas que sí estamos detrás de cada uno de los pasos seguidos, que sabemos del proyecto, de su recorrido, de sus idas y de sus venidas. De sus contradicciones por parte de unos, de la conveniencia por parte de otros, y hemos sido nosotros quienes hemos seguido la misma línea desde el principio hasta el día de hoy.

Leo, sorprendida, palabras fáciles por parte de un exalcalde de la ciudad, y escucho discursos orquestados por parte de la oposición. Queriendo sacar un rédito que yo ni me planteo, ni comparto, ni del que voy a ser partícipe.

Cuestionarse por parte de un exalcalde en un escrito lanzado al periódico del por qué no se da la licencia en Sangüesa, llegando al punto de animar veladamente a tomar caminos que, no sé en otra época, pero que actualmente están afortunadamente vetados por ley, por decirlo de una manera suave, es, cuanto menos, inaudito. Quiero pensar que es fruto del desconocimiento y la incontinencia verbal provocada por un servilismo mal entendido.

Qué finalidad tiene Javier Del Castillo. Si hubiera tan siquiera haberme llamado y haberse interesado sobre el proyecto durante estos nueve años, podría ahora, quizás, darme lecciones de lealtad institucional. Viene tarde y viene sin conocimiento.

Qué finalidad tiene AISS sumándose sin más análisis, dando altavoz exclusivamente a declaraciones falsas, cuando tienen toda la información del proyecto. Siembran debates que no se creen con la única finalidad de sacar ese equivocado rédito.

La mejor manera de defender a todas las personas, a las instituciones, el patrimonio público y el bien común es cumplir la normativa y los procedimientos en los procesos administrativos. Abanderar la defensa de todo lo primero, animando a hacerlo sin respetar lo último, es pura demagogia.

Resta decir, aunque también me veo en la obligación de hacerlo, que el Ayuntamiento seguirá trabajando en la misma línea, la única que le corresponde, la que garantiza el bien común, los derechos de todos los actores implicados en el proyecto y, por supuesto, el bienestar y el patrimonio de la ciudadanía a la que representa. Y esta línea no es otra que la que marca la ley, la normativa y el procedimiento administrativo.

Por mucho que se repita una mentira no se convierte en verdad. Creo que eso ya lo aprendimos hace tiempo.

La autora es alcaldesa de Sangüesa