El personal administrativo del Departamento de Salud, tenemos varias reflexiones que hacer en torno a la decisión de reconocer un complemento de un 10% a nuestras compañeras de Atención Primaria y SUE por su trabajo de atención al público, así como intensificar su formación que, a medio plazo, pueda permitir una valoración/baremación más específica de su trabajo.

La Administración explica en su propuesta, ya articulada como ley, que busca una fidelización de la plantilla, así como personal competente y formado en su puesto de trabajo. También reconocía la especial complejidad de dichos puestos en las funciones de atención al público, y lo hacía a través de dicho complemento. Ahora mismo, la administración se niega a revisar esta decisión porque dice que como es norma aprobada no se puede cambiar. Ni que estuviéramos hablando de la Constitución.

En todo este tiempo de negociación con los sindicatos, este punto nunca fue parte de la misma ya que fue una propuesta unilateral, impuesta por la Administración. Por otra parte, los sindicatos no han estado unidos para defender los derechos de los administrativos de Salud, ni las condiciones de trabajo en su conjunto, ni se han interesado de modo masivo en conocer nuestra situación de primera mano. Cuando algún sindicato ha intentado llevar la realidad de alguna unidad administrativa en situación similar, se ha desechado directamente la cuestión de la mesa de negociación, y la propuesta no recogía toda la realidad del sector administrativo.

El personal administrativo de Salud venimos de aprobar una oposición o un examen para listas donde se nos valoran conocimientos de Office, unos psicotécnicos, normativas más o menos generales y lo más o menos rápido que tecleamos en un ordenador. Cuando nos vienen compañeros nuevos o a cubrir una baja nos encontramos con este conocimiento como punto de partida.

El perfil de nuestro trabajo es el de un administrativo sanitario, concepto que a la administración le cuesta mucho digerir pero que en la práctica es necesario. Por eso mismo, nos convertimos en personal esencial de primera fila en la pandemia de Covid, haciendo un trabajo que no cualquiera podía hacer. Este perfil requiere una formación extensa que, a día de hoy, no tenemos y que reconoce un trabajo de especial complejidad. Con esta definición no hablamos de tener responsabilidades sanitarias sino de necesitar una amplia formación (también de tipo sanitario) para poder realizar nuestro trabajo. Además, en muchas de nuestras unidades es importante conocer e identificar síntomas para poder ayudar al usuario que tenemos delante. Realizamos los llamados pretriajes, que identifican, en más de una ocasión, una patología de carácter grave o urgente, sin más formación que las pautas que recibimos a través de unos correos. Tras la excusa de que somos personal administrativo (y no sanitario) se nos niega muchas veces una formación que se da en otros ámbitos sin mayor problema como al personal de operadores de SOS.

Trabajamos en unidades donde tenemos que conocer muchísimos diagnósticos, decenas de protocolos con todas sus actualizaciones, manejo de los circuitos de atención sanitaria, procedimientos terapéuticos y gestión de los mismos en servicios como oncología, rehabilitación, fertilidad, salud mental y otros muchos; gestión de agendas de consultas especializadas, atención telefónica y presencial con un paciente muchas veces ansioso y/o violento, conocimiento legal de tratamientos de datos, confidencialidad, seguridad del paciente, asesoramiento del mismo en sus derechos, deberes y coberturas, trámites con mutuas, transporte sanitario y un largo etcétera. Debemos saber asimismo priorizar y dar respuesta de modo inmediato a demandas en servicios como Urgencias Hospitalarias, centros de Salud Mental o atención a la Mujer. Debemos conocer el sistema sanitario y saber perfectamente qué pieza del engranaje somos y hacerlo de un modo eficaz. Necesitamos mucha más formación de la que recibimos. Muchas veces estamos haciendo nuestro trabajo y el de nuestro compañero, porque no lo controla todavía, lo que nos origina un estrés añadido.

Sufrimos agresiones y violencia verbal en la atención al paciente y en el mejor de los casos debemos saber lidiar con la sobresaturación de los servicios o la ansiedad de los usuarios. Un error en nuestro trabajo es un error en la atención sanitaria de una persona y es algo que no nos podemos permitir.

Somos el personal administrativo de Urgencias Hospitalarias, de Hospitalización, Ubarmin, Conde Oliveto, Centros de Atención a la Mujer, Salud Mental, Centro de consultas Príncipe de Viana, Unidades de Radiología, Instituto de Salud Pública, Programación Quirúrgica, Servicios de Especialidades y tantos otros muchos servicios y unidades que no caben en este texto.

Somos personas a las que nos encanta nuestro trabajo, pero que nos apuntamos a los traslados con la idea de ganar calidad en nuestro trabajo y en nuestras vidas. Las plazas de Salud siempre salen en las oposiciones porque el funcionario corre en los traslados a destinos más gratificantes de Administración Núcleo. No podemos garantizar una fidelización de la plantilla en estas condiciones ni una plantilla con la formación adecuada. Nos preguntamos cómo es que, por dar un ejemplo, en Hacienda los compañeros cobran un complemento de un 15% y tienen una formación garantizada, cuando empiezan a trabajar, de un mes como mínimo. No se merecen menos, por el trabajo que realizan, pero hace pensar que en esta comunidad importa más el dinero que la salud.

Nos alegramos por las compañeras de Atención Primaria y SUE ya que imaginamos que su trabajo no es menos complicado que todo esto. El reconocimiento de su situación es abrir una ventana a la realidad de la Administrativa en Salud y en ese sentido nos parece un paso positivo.

Nos preguntamos, aún así, si con un 10 % de complemento solucionamos los problemas que tenemos que son muchos y si esta cantidad compensa situaciones peligrosas y estresantes como las que vivió un compañero en el Centro de Atención Primaria de Rochapea el otro día.

La administración no quiere abrir el melón de nuestra realidad. Hay muchas jefaturas que nos apoyan, pero quienes realmente deciden sobre nuestras condiciones de trabajo no quieren ponernos sobre la mesa. Lo de Atención Primaria y SUE huele así a operación de maquillaje.

Pero si la administración quiere ofrecer un servicio sanitario de calidad con profesionales formados, motivados y competentes y poder dar una atención al ciudadano impecable, tiene que contar con nosotros, tiene que ayudarnos a ser administrativos sanitarios con todo lo que ello conlleva. Queremos que se nos reconozca el trabajo complejo y estresante que realizamos.

También, que se analicen todas y cada una de las unidades que conformamos la plantilla administrativa del Departamento de Salud, que se nos pongan los recursos laborales, de personal y formativos necesarios. Es fundamental a través también del reconocimiento de una carrera profesional, cuidar y fidelizar a una plantilla que no se quiere ir por el trabajo que realiza sino por el ninguneo que vive por parte de la Administración y que desgraciadamente hemos normalizado.

*Además firman este artículo 131 administrativos del Departamento de Salud