Los fondos Next Generation, otorgados por la Unión Europea, financian proyectos que construyen un futuro más sostenible. Bajo esta premisa, aparentemente, el Gobierno de Navarra ha diseñado el proyecto de carril bici de la cuesta de Beloso, en colaboración con los ayuntamientos de Burlada y Pamplona que está de plena actualidad.

Este proyecto, valorado en unos 4 millones de euros, elimina todos los árboles de la cuesta para crear una acera en voladizo sobre el talud del río Arga. De esta manera se genera el suficiente espacio para dar cabida a una acera de mayor anchura que la actual, además de una acera bici de medida homologada. La actuación apenas influye en los 4 carriles para vehículos a motor de la cuesta, que verían reducidas sus dimensiones de manera mínima. Además del talado de los árboles de la propia cuesta, y según informa el Ayuntamiento de Pamplona, se verían afectados los ejemplares que quedan debajo del voladizo, unos 300-400 árboles en total.

Pretender enmarcar el proyecto bajo el epígrafe de que construye un futuro más sostenible, talando entre 300 y 400 árboles, suena a broma de mal gusto. Los propios fondos Next Generation dejan claro qué requisitos deben cumplir los proyectos: mitigación o adaptación al cambio climático, prevención y control de la contaminación, protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas. Y destacan expresamente el “no ocasionar un perjuicio significativo a los objetivos medioambientales”. Este concepto también es conocido como DNSH por sus siglas en inglés (Do not significant harm principle). Es evidente que este proyecto no los cumple.

Una actuación sostenible, que no ocasiona un perjuicio significativo a objetivos medioambientales y que fomenta los modos saludables de transporte, no puede llevarse a cabo eliminando tal cantidad de arbolado. Mucho menos manteniendo intacto el espacio hipertrofiado dedicado históricamente al automóvil, que acapara el 70% del espacio público en las ciudades, pues poco cambia la manera de moverse por Beloso. La movilidad sostenible debe repartir el espacio público de una manera más justa, humana y equitativa, pues recordemos que la movilidad en automóvil en esta ciudad ronda el 45% de todos los desplazamientos urbanos. Es evidente que el carril bici en esta cuesta debe construirse sacrificando uno de los carriles coche existentes y la acera debe arreglarse, conservando todo el arbolado existente. Además, el coste de una actuación sostenible y equilibrada sería sensiblemente inferior a los 4 millones de € subvencionados por Europa que quieren destinar a esta actuación.

No obstante, desde algunos de los grupos políticos que sustentan el actual Gobierno de Navarra, en una actitud que demuestra un desconocimiento de los requisitos para acceder a los mencionados fondos Next Generation, intentan amedrentar con una supuesta pérdida de la subvención millonaria en caso de no llevarse finalmente a cabo este proyecto en Beloso. Resulta preocupante constatar que prefieren seguir adelante con un proyecto arboricida, insostenible, técnicamente muy mejorable y exageradamente costoso, con alternativas más austeras y sostenibles, que incumple las bases de los fondos y que pone en riesgo la financiación de las instituciones en el caso de que Europa revise la obra y reclame la devolución de los fondos recibidos.

Si no queremos que ocurra como en Logroño o Elche, ciudades que recientemente han desmantelado carriles bici construidos con financiación Next Generation y a los que Europa reclama ahora la devolución del dinero recibido, es evidente que el proyecto de Beloso debe cumplir escrupulosamente con los requisitos de financiación marcados por Europa. Más proyectos bien pensados y financiables y menos bandas de la motosierra. Salvo que los 4 millones de € los devuelvan ellos a Europa, los de la motosierra, claro.

*El autor es policía municipal especializado en movilidad