Se cumplen este 17 de noviembre tres meses desde la declaración por parte de la alcaldesa de la suspensión temporal de las obras del parking subterráneo de la calle Sangüesa. En aquel momento adujo, para justificar su decisión, dos razones:

Que no contaba con el consenso político del resto de grupos municipales

Que le faltaba respaldo vecinal para llevarlo adelante.

Ninguna de estas dos circunstancias ha variado a día de hoy. Pese a ello, desde la alcaldía se toma una nueva iniciativa para relanzar el frustrado proyecto, vinculándolo a una eventual reurbanización de la plaza de la Cruz.

Y para ello se sacan de la manga (o de la chistera) una consulta que, además de farragosa, no pretende otra cosa que obtener un respaldo suficiente de votos (cual si de pulgares en el circo romano se tratara) para justificar una intervención de elevado coste ambiental y dudosa eficacia práctica.

En buena lógica, la redacción de un cuestionario que quisiera sondear el parecer de la ciudadanía debería ser el resultado de un proceso de escucha y de reflexión colectiva orientado hacia los distintos actores que interactúan en el entorno de la plaza: vecindario, usuarios habituales, tejido comercial, estudiantes y estamento docente del instituto...

Ello habría podido desembocar en una consulta al conjunto de la ciudadanía atendiendo a las inquietudes y deseos puestos de manifiesto en un proceso de esa naturaleza.

Pero nada de eso ha sucedido. Las condiciones de participación impuestas por el Ayuntamiento dejan sin voz a una ingente cantidad de personas que utilizan cotidianamente ese espacio pero que, o no son necesariamente vecinos del 2º Ensanche, o no se les otorga derecho a voto. Se llega así al absurdo de que tanto el estamento docente como el administrativo del instituto, así como los centenares de alumnos mayores de 16 años representarán, a efectos de la consulta del Ayuntamiento ¡un único voto!

El cuestionario dado a conocer es tan solo una ocurrencia del equipo de gobierno del Ayuntamiento elaborado con la esperanza de resucitar lo que una gran parte de los actores mencionados y todos los grupos municipales de la oposición siguen rechazando: el proyecto de parking de la calle Sangüesa.

Un análisis del mismo permite ver lo capcioso de la redacción, tanto de las preguntas planteadas como de las opciones de respuesta propuestas, de lo cual resulta un formulario farragoso, ambiguo y equívoco.

El problema es que mientras no se defina en qué consiste reurbanizar la plaza (y esto debería ser el resultado de un auténtico proceso de reflexión lo más participativo posible) no se entiende por qué se plantean opciones de respuesta exclusivamente centradas en una eventual reducción de plazas de aparcamiento en superficie o en la construcción de un parking subterráneo. ¿Somos acaso los más de 16.000 destinatarios de la consulta antes que nada automovilistas? ¿No hay otras cuestiones a plantear a la ciudadanía de a pie (nunca mejor dicho) sobre la reurbanización de su espacio vital más allá de la suerte que puedan correr los coches de una parte del vecindario? Pensemos que una hipotética peatonalización de la plaza que eliminara las plazas en superficie de los tramos de las calles San Fermín y Tafalla compartidos con la plaza supondría la pérdida de apenas 49 aparcamientos, y desde la plataforma Noparkingez hemos constatado que hay fórmulas para alojar en la infraestructura subterránea existente en la proximidad de la plaza los 346 coches que habrían cabido en el nuevo parking. En fin, da la sensación que desde el equipo de gobierno del Ayuntamiento hay interés por enfatizar la supuesta amenaza que una intervención de reurbanización de la plaza de la Cruz puede ocasionar a …¡los coches (y sus correspondientes propietarios)! sin reparar en absoluto en el resto del vecindario y de usuarios que con este planteamiento reduccionista y sesgado quedan fuera de foco.

Con esta obsesión aparcamental (si se nos permite el exabrupto) se llega a proponer una opción de respuesta (la 1.1 c) sobre si se está de acuerdo en reurbanizar que resulta contradictoria (No, si se construye un aparcamiento subterráneo en c/Sangüesa), pues la mera construcción del parking implicaría necesariamente una reurbanización (siquiera parcial) de la plaza.

La servidumbre al automóvil (no lo olvidemos, un bien de uso privado) en este espacio público se hace aún más patente con la segunda pregunta, sobre la construcción del parking y sus correspondientes y sorprendentes respuestas opcionales:

La primera de ellas (Sí, si el precio es asequible) es irreal e incluso tramposa, por cuanto se pretende tentar a la persona preguntada con una posibilidad inexistente. Las dificultades técnicas y constructivas del aparcamiento previsto convertían la oferta que en su momento presentó la propia Agrupación de propietarios del aparcamiento de la calle Sangüesa, en la más cara de toda la ciudad.

Con la segunda y tercera opciones de respuesta proponen lo mismo (¡!) solo que una lo hace en positivo (“sí, si se reurbaniza”) y la otra en negativo (“no, si no se reurbaniza”).

Y por fin la cuarta respuesta (2.1 d) no pasa de ser un “no” retórico, pues en el fondo se trata de un sí a un parking subterráneo pero en otro emplazamiento (parking no ahí pero sí en otro lugar cercano).

La torpeza con que está confeccionado este cuestionario deja traslucir por entre sus endebles costuras su auténtica pretensión, que no es otra que quemar un último cartucho en favor de una obra insensata confiando en que los números de este absurdo cuestionario avalaran su reanudación.

No se entiende el empecinamiento del equipo de gobierno del Ayuntamiento por vincular el destino de la plaza a un parking cuyo único beneficiario sería la empresa que lo construyera, amén de los 346 privilegiados propietarios de coche que en él encontraran plaza por el asequible precio de 32.000 €.

Si de verdad se quiere reflexionar sobre el devenir de la plaza de la Cruz, plantéese un auténtico proceso participativo entre el vecindario y no un simulacro como el cuestionario propuesto. Y apárquese definitivamente el proyecto de parking subterráneo en la calle Sangüesa.

*Plataforma contra el parking