Hemos visto a muchos políticos morir de éxito. Políticos con apariencia de poder conseguir grandes cosas, acelerados crecimientos, pero que al final terminan quebrando y desapareciendo en poco tiempo. Y es que el éxito tiene un alto componente de riesgo. Muchas veces ese riesgo lo lleva de manera intrínseca esa persona y se traduce en vanidad y ego.

Estos días, navegando por Linkedin, me topé con un artículo que precisamente hablaba de esto. Lo hacía desde un punto de vista empresarial, pero me recordó a la forma de actuar de la alcaldesa Ibarrola, con una política de marca centrada en su persona y con el Ayuntamiento de nuestra ciudad como empresa. Este artículo recurría a la mitología griega para entenderlo y explicaba el caso del Rey Midas, ese rey que murió de éxito cuando le fue concedido por el dios Dionisio el poder de convertir en oro todo lo que tocaba.

En el Ayuntamiento de Pamplona, el grupo municipal del PSN vivimos desconcertados. Ya no sabemos hasta dónde puede llegar el orgullo de su alcaldesa, la excesiva valoración de sus propios méritos y su afán desmesurado de vivir por y para el titular.

A la alcaldesa Ibarrola se le recordará por su política de escaparate, sus fotos diarias y su manera de gobernar opaca, unilateral y arbitraria. En definitiva, política de ficción que no mira a la ciudadanía, sino que la utiliza a su antojo.

El último capítulo de esta saga tiene como protagonista a los Presupuestos de Pamplona.

Presentar un folio en blanco es un ejercicio de irresponsabilidad, no tiene propuestas ni proyecto de ciudad. La señora Ibarrola está utilizando una herramienta tan importante para la ciudad como son los presupuestos para hacer chantaje a la oposición. En esta legislatura se han aprobado más de 25 declaraciones con proyectos e iniciativas a propuesta de la oposición y el gobierno municipal de UPN no las ha llevado a cabo. Las olvida en un cajón, como a los pamploneses y pamplonesas. La lealtad institucional, el consenso político, en estos meses de legislatura, brillan por su ausencia.

No confiamos en UPN, no es de fiar. Nos traicionaron, no tienen palabra, no cumplen lo acordado. Y, como dice el refranero popular en estos casos, “mejor prevenir que lamentar”.

Señora Ibarrola, su partido nos insulta y nos ataca permanentemente. Apoyan manifestaciones contra los socialistas y se enorgullecen de ello. No reconocen como legítimos los gobiernos de España y Navarra. Y su apoyo al PP y Vox, ese mimetismo con la extrema derecha les va a devorar.

Por suerte, el Partido Socialista en Pamplona tiene muy claro su camino. Tenemos una hoja de ruta centrada en seguir trabajando por mejorar la vida de las personas. Quizá a la señora Ibarrola esto le parezca algo menor, porque ella, lejos de trabajar por y para Pamplona, trabaja para su propio beneficio, anteponiendo sus caprichos a las necesidades reales de las y los pamploneses.

El ambiente del Ayuntamiento de Pamplona no es positivo. Y no lo decimos los socialistas. Es una sensación que recorre cada pasillo del consistorio y que ya se ha trasladado a la calle. Ibarrola y su equipo siguen sin ser conscientes de que están en minoría y su actitud sectaria no es la forma de gobernar.

La agenda de UPN y de la alcaldesa Ibarrola no es la agenda del PSN. Su proyecto de ciudad no tiene nada que ver con el nuestro, de hecho, estamos en las antípodas. Nosotros trabajamos poniendo a las personas en el centro de la acción política, y así lo seguiremos haciendo desde una oposición responsable y propositiva.

Desde aquí le damos un consejo, cuide su ego insaciable, porque, como dijo David Bowie, “No hay nada que aprender del éxito. Todo se aprende del fracaso”.

La autora es portavoz del PSN en el Ayuntamiento de Pamplona