Coordinar a las policías para atender mejor al ciudadano debería ser una apuesta clara. Lejos de eso, los sindicatos corporativos de Policía Foral CSIF-SPF y APF, ampliamente minoritarios en la representación del conjunto de las policías locales de Navarra, pretenden confrontar a la Policía Foral con la Policía Municipal de Pamplona, despreciando su trabajo.

Los mandos que gobiernan CSIF-SPF y APF dicen estar en contacto con diferentes grupos políticos para implantar un modelo de policía que no han consultado en ningún momento con el resto de sindicatos con representación, tanto en Policía Foral como en las policías locales. Está claro que el consenso no entra en sus dinámicas y aquí también quieren funcionar con el ordeno y mando.

Su modelo pasa por vaciar de contenido a las policías locales y quitar competencias en investigación criminal a la Policía Municipal de Pamplona. Para ello defienden que se ajuste el “sobredimensionado número de efectivos de Policía Municipal de Pamplona” y se haga una pasarela para que esas competencias las ejerza la Policía Foral.

Defienden estas y otras medidas para hacer que la Policía Foral sea la referencia de Navarra. Extraña esta contundencia en su posición cuando han callado ante los ataques que ha recibido este cuerpo por fuerzas políticas que abogaban por su desaparición. Posiblemente la afinidad ideológica haya condicionado su postura, pero entendemos que por encima de todo debería estar la policía que dicen defender.

Las policías locales son policías de Navarra, tal y como se define en la propia Ley de Policías de Navarra 23/2018; la Policía Municipal de Pamplona, también. Pedir, demandar y hasta exigir que estas policías no hagan su trabajo, se antoja peligroso, cuando no, temerario. La seguridad pública en el Estado es cosa de todos los cuerpos policiales: fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, policías autonómicas y policías locales. Artículo 104 de la Constitución española: Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, bajo la dependencia del Gobierno, tendrán como misión proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana.

En la Ley Orgánica 2/1986, de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, su Artículo 1 reza: el mantenimiento de la seguridad pública se ejercerá por las distintas Administraciones Públicas a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. Y en el artículo 29 se dice textualmente que para el cumplimiento de dicha función tendrán carácter colaborador de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado el personal de Policía de las Comunidades Autónomas y de las Corporaciones Locales. Es decir, que tanto las policías autonómicas como las policías locales tienen como función colaborar con las fuerzas estatales en el esclarecimiento de los hechos delictivos, como no podía ser de otra forma.

Un policía, sea nacional, guardia civil, ertzaina, foral o local lleva en su sueldo eso de investigar delitos, perseguir a delincuentes y esclarecer los hechos. Es decir, lo que viene a ser un policía, independientemente del adjetivo especificativo que venga a continuación. Por eso es difícil entender el menosprecio de estas agrupaciones respecto al conjunto de policías locales. Menos aún entendible cuando una de las organizaciones forma parte de otros entes superiores que tienen entre su afiliación a policías locales.

Clamar a los cuatro vientos que la Policía Municipal de Pamplona, o la de Estella, Tudela, Tafalla y Sangüesa –por citar aquellos cuerpos de policía que conviven en localidades en los que existe comisaría de Policía Foral– deben dejar de hacer investigaciones delictivas, supone enfrentar a compañeros y compañeras que, fruto de su labor, tapan muchas veces los desajustes que provocan la falta de una coordinación eficaz en la persecución de la violencia de género, protección de menores, delitos de droga o delitos viales. ¿Qué pensarán los policías de esas comisarías u otras como Barañáin o Egüés? ¿Les quieren decir que, a partir de ahora, a partir de los postulados de estos sindicatos, sólo las comisarías de la Policía Foral van a recoger denuncias penales e instruir atestados? ¿Van a tener que hacer el trabajo que hasta ahora están realizando de manera correcta sus compañeros de las policías locales? ¿Se lo han contado… se lo han explicado?

La autonomía local es algo que está establecido desde hace muchos años en la Ley 7/1985, de 2 de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local. Autonomía para crear cuerpos de policía local y ejercer las funciones que le corresponden en aras de garantizar las libertades y el ejercicio de los derechos de la ciudadanía, protegiendo la seguridad ciudadana. Querer torpedear uno de los pilares de estos derechos, además de inaudito es tremendamente peligroso y partidista.

Sería bueno que los mandos que gobiernan los sindicatos corporativos de Policía Foral reflexionen. En Navarra las policías deben ejercen su trabajo en cuerpos diferentes, pero no enfrentados.

Nuestro sindicato fomenta la colaboración entre cuerpos y no la confrontación. Defendemos mancomunar policías, posibilitar el mayor número de agentes y auxiliares por turno, para una mayor seguridad y eficacia en las actuaciones que se puedan dar: nunca se debe dejar a un solo agente por turno. Mejorar sus condiciones laborales y salariales, junto con las del resto de las plantillas de los respectivos ayuntamientos. Que se dispongan medios humanos y físicos suficientes para dar una atención de calidad a la ciudadanía. Es necesario acordar cómo hacer más eficaz para la ciudadanía la gestión de las llamadas del 112. Así lo hemos hecho en Policía Foral, y así peleamos en todos y cada uno de los ayuntamientos con cuerpo de policía.

El autor es secretario general FSC de CCOO Navarra