La jornada continua se queda otros 4 años más en muchos colegios. Seguirá presente en Navarra, sin ninguna evaluación que sugiera que supone alguna mejora. Sin un solo experto que describa que la continua es mejor para algo, más allá de para mejorar el horario de los profesores y el de algunos padres. Dejando en último lugar lo que es mejor para los niños, priorizando situaciones individuales a costa de la infancia, la educación y la convivencia.

Tratando de mejorar situaciones puntuales, a costa de dejar atrás a quienes más protección necesitan: niños y niñas con dificultades de aprendizaje y problemas conductuales familias en situación de vulnerabilidad. Y todo eso a pesar de lo que dicen pediatras, sociólogos, pedagogos, psicólogos y profesionales de la educación, que defienden alto y claro que la jornada continua perjudica los biorritmos de los txikis y es un retroceso en la defensa del bien común, una merma en la igualdad de oportunidades, un brindis al fracaso escolar (véase nombres, ejemplos, informes y trabajos de expertos en la materia en partida-zatitua.com). Porque la jornada continua segrega, y la partida iguala. Si no, pregúntenle a la concertada por qué tan solo un bajo porcentaje opta por ella. 

Las razones por las que hemos llegado hasta aquí son múltiples. El máximo responsable es el Departamento de Educación, que nunca debió dejar la decisión en manos de las escuelas y las familias, igual que Salud no deja que los pacientes decidan su tratamiento en caso de evidencia o que los hosteleros decidan si dejan fumar en sus bares.

El segundo mayor responsable es esta sociedad de la inmediatez y el mínimo esfuerzo, cada vez más individualista, donde el “yo, me, mi, conmigo” del discurso de los defensores de la continua (leed/escuchad cualquier aportación suya y entenderéis de qué estamos hablando) cala más fácil que cualquier evidencia científica avalada por expertos, que requiere un poco más de interés y atención.

Y el tercero es la falta de información que las familias tenemos de lo que puede convenir para nuestros txikis y a nuestra sociedad. De esta falta de información hay al menos cuatro responsables. El primero es Educación, pues desde la plataforma por la jornada partida les pedimos, en diciembre y vía registro, que compartiera con las familias la monografía del Consejo Escolar sobre el tema, y no lo hizo.

El segundo responsable son algunas juntas de apymas y los colegios, que impidieron que nuestra información fuese accesible antes del 30 de enero (alegando que no tenían el sí de Educación para comenzar el proceso) e incluso en algunos casos impidieron que llegara a las familias, por lo que estas no han tenido tiempo de informarse y debatir sosegadamente sobre el tema. Los terceros responsables de la falta de información (y sesgo en algunos casos) son los medios, que ahora nos buscan para que hablemos de resultados, pero no nos buscaron para informar a las familias antes de las votaciones. Y probablemente, haciendo autocrítica, los cuartos responsables seríamos nosotros mismos, nuestra plataforma, que a pesar del enorme esfuerzo, tampoco hemos llegado a tiempo a informar a todas las familias.

Algunos piden ahora a Educación “trabajar a fondo para minimizar los posibles efectos negativos que a su parecer tiene la jornada continua”, y que “dote de fondos para que todas las opciones, partida, continua y flexible sean jornadas de nivel”. Sin darse cuenta de que no hay fondos capaces de dar la vuelta a tamaña desigualdad, la inducida por la continua. Sin reparar en que la única forma de apoyar la igualdad de oportunidades es ofreciendo igual tiempo de calidad y formación a todos los niños y niñas, sin dejar a nadie atrás. Igual. Que no dependa tanto de los recursos de las familias. Desde la plataforma por la jornada partida pedimos a Educación, y por este orden:

1) Que no pierda ni un ápice de su tiempo ni de nuestro dinero en poner parches a la jornada continua que nos lleva a una sociedad más desigual e individualista.

2) Que invierta ese dinero en mejorar ratios y avanzar en la inclusión y la atención a la diversidad, independientemente de la jornada.

3) Que comience a trabajar ya para volver a la jornada partida en la escuela pública y de forma homogénea en todos los colegios y lo antes posible.

4) Que, mientras tanto, invierta en evaluar el efecto de los distintos tipos de jornada sobre la salud de los txikis, igualdad social, calidad educativa, euskera y rendimiento escolar.

5) Que tome una decisión y decida el tipo de jornada para todos los colegios en base a la evidencia y a los resultados de esas evaluaciones, sin hacernos votar está cuestiones sin información.

6) Que comparta con las familias los resultados de esas evaluaciones, pues igual que empoderar al paciente sobre su salud es la herramienta más útil y sostenible para mejorar la salud de la población, lo es empoderar a las familias sobre la importancia de la nutrición, de la crononutrición, del sueño y de la socialización en la educación de sus hijos e hijas.

7) Que haga lo posible para que quienes hoy estamos valorando si abandonar la escuela pública que tanto nos ha dado y que tanto hemos defendido, tengamos motivos para no hacerlo, cuanto antes.

En nombre de la Plataforma por la Jornada Partida de Navarra