La salud “es lo que cuenta” y además “es cosa de todos y todas”. Es algo que se oye habitualmente porque realmente así lo sentimos de verdad pero, ¿qué podemos hacer para mantenernos saludables a nivel individual y además preservar la fortaleza de nuestro sistema de salud? Con motivo del Día de la Atención Primaria, que se celebra el día 12 de abril, me gustaría compartir algunas reflexiones.

Está claro que la salud de cualquiera pasa por la Atención Primaria: el centro de toda atención sanitaria, el primer eslabón de una larga cadena que se encarga de atender al individuo en todas las etapas de su vida. Comenzando desde los inicios de la fase infantil, hasta el final de la vida. Porque está comprobado que, en cuestiones de salud, la longitudinalidad o, lo que es lo mismo, ser visto siempre por el mismo profesional, mejora claramente los resultados. La relación continuada entre el paciente y su médico de cabecera, su enfermera y otros profesionales de la salud, hace posible el conocimiento profundo de sus necesidades para una mejor y más rápida atención. Esto permite acometer una prevención eficaz, reducir las visitas a los servicios de urgencias y los ingresos hospitalarios y además está demostrado que hace incrementar la calidad de vida y la esperanza de vida. Algo vital, en especial, para las personas mayores de 65 años, que en Navarra ascienden a 137.908 personas, lo que supone el 20% de la población.

Y siempre, con un enfoque biopsicosocial, considerando la dimensión social de la salud a la hora de diseñar, implementar y evaluar los procesos de atención sanitaria para mejorar su eficacia y eficiencia.

Una salud fuerte de la Atención Primaria permite una asistencia cercana y personalizada, una salud que pasa por el uso adecuado de los recursos por parte de todos y todas nosotras. Este tema está siendo abordado por países de todo el mundo, de diferente modo, con medidas de todo tipo, y es que todos, tanto pacientes como profesionales de la salud, debemos hacer un uso responsable de los recursos, empezando por la correcta gestión de las citas en los centros de salud, por poner un ejemplo, contribuyendo así a la eficiencia de nuestros servicios, que, no olvidemos, son de todos y, como cualquier recurso, tienen como rasgo principal que son limitados y además tenemos el deber de cuidar y proteger.

Ninguno de nosotros queremos enfermar, y si lo hacemos, demandamos la mejor atención y servicios. Para ello es necesario ir introduciendo, en el momento en el que se sufre un problema de salud, el concepto de ir al centro de salud, en lugar de pensar en ir al médico. Porque los centros de salud son la puerta de entrada al Servicio Navarro de Salud. 58 zonas básicas y 225 consultorios existentes en Navarra donde el día a día es el trabajo en equipo y cohesionado para una correcta atención. Y me refiero al trabajo diario y constante de administrativos/as, médicos/as, enfermeras, TCAES, trabajadores/as sociales, así como nuevos perfiles profesionales como fisioterapeutas o psicólogos/as.

Entre todos apostamos por una atención lo más personalizada posible y con la mayor precisión, algo que pasa también por seguir investigando para conocer mejor el origen de las enfermedades, para poder determinar cómo prevenirlas y tratarlas, con especial foco en el deterioro asociado a la edad, las lesiones o la discapacidad, entre otros.

Una investigación que se une al reto de la transformación digital, con la finalidad de aplicar la tecnología en beneficio del paciente y del sistema, como es el caso, por poner un ejemplo, de la telemedicina dermatológica que se va a implementar en los centros de salud, algo que mejorará la asistencia de pacientes de este ámbito, permitiendo verles en tiempo y forma adecuados. Es solo un ejemplo que contribuye a seguir avanzando para mantener entre todos a la atención primaria en el centro del sistema.

La autora es gerente de Atención Primaria del Servicio Navarro de Salud