Aunque detesto el mundo de la tauromaquia, porque me repugna el maltrato y la matanza pública de un animal y el olor a casposo que emana de semejante afición; tengo que decir que el toreo está muy enraizado en esta piel de toro, por haber formado parte desde hace mucho tiempo de nuestro acervo cultural y popular. “El posturas” es aquel que marca paquete y estampa en los ruedos ibéricos, pero a diez metros del toro. “El posturas” es aquel que parece que hace algo, pero en la realidad, no hace, absolutamente, nada.
Arrancó el curso y los siete sindicatos de la enseñanza navarra se dieron prisa en convocar la anunciada huelga que ya avisaron en junio, pasado. Carlos Gimeno ni les contestó; sólo nos tachó de “privilegiados”. Los sindicatos dan un bandazo y ahora exigen hablar con María Chivite. Y en este diálogo de sordos, la portavoz del gobierno dice que con quien tienen que hablar es con Gimeno. Nada nuevo bajo el sol.
Convocar una huelga, cada equis años; reunirse con los enviados de Carlos Gimeno, cada dos o tres semanas. Hacer una nota común sobre “la cerrazón de este Departamento de Educación para con sus docentes bla, bla, bla…” y hacerse una foto, todos juntos, cuando salen de la misma; es la estampa de la que ya estamos acostumbrados.
Pero mirar hacia dentro y observar que hay decenas y decenas de compañeras y compañeros que, cada comienzo del curso, no saben si van a volver a trabajar todo el curso completo o parte de él o incluso, nada. A pesar de que esas compañeras y compañeros tienen una barbaridad de tiempo trabajado en las aulas navarras y muchas, muchas horas de formación.
Y seguir observando que, mientras se gastan recursos y más recursos en colocar a mandos sin responsabilidad alguna, con unos sueldos sobredimensionados y solo para contentar a las bases de los partidos y a los que solo desean vivir de la política; vemos aulas sobrepasadas en el que la diversidad, el idioma y la enseñanza inclusiva, también, nos sobrepasa a los docentes. Y la solución solo y únicamente es una nueva ratio y una plantilla más amplia de docentes en los colegios e institutos públicos. Plantilla que asumiría esa coeducación y ese apoyo educativo en las aulas y del que se nos llena la boca y que conllevaría una mayor calidad en la enseñanza (sin duda, alguna). Pero que en la práctica se queda en agua de borrajas, cuando se sigue sin presupuestar de una forma real, veraz y útil.
Eso sería arrimarse al toro y eso nunca lo han hecho los siete sindicatos de la enseñanza en Navarra.
A fin de cuentas, aquí ya nos conocemos todos y nadie esconde sus cartas. El primer y principal objetivo de LAB, ELA y STEILAS es volcar el modelo lingüístico vigente hasta ahora en Navarra e implantar el modelo único del euskera, como en la CAV. A AFAPNA y AMPE solo les interesa desestabilizar, del modo que sea, cualquier gobierno navarro que se forme y que no sea de UPN o de la derecha sociológica navarra. Y a UGT y CCOO lo único que persiguen es volver a saborear aquellas mieles que perdieron hace ya tiempo.
Lo demás es secundario para todos ellos; incluidos las y los docentes navarros.
Si de verdad les interesara la problemática que llevamos arrastrando en Navarra y se ocuparan de las necesidades de sus compañeros, hace tiempo que hubieran tomado otras decisiones.
Y me vienen a la cabeza otras medidas más contundentes de fuerza y que nos está, legitimante, permitido usar antes posturas inmovilistas. Por ejemplo, si en vez de seguir tomándose el café, allí en las tabernas que tienen al lado de sus sedes o de tómaselo en cualquier chiringuito de la Plaza del Castillo o de la calle Comedias, cada vez que se juntan, repito, con los enviados de Carlos Gimeno; hubieran planeado hace tiempo un encierro total y sine die, en las sedes o en el mismo Departamento de Educación. Nosotros, sus compañeros, íbamos a estar encerrados con ellos. Por ejemplo, si en vez de la clásica huelga de un día, se hubiese propuesto una huelga indefinida, parando colegios e institutos públicos, hasta el total acuerdo con el Departamento; nosotros, sus compañeros, íbamos a secundar esa huelga total.
Hace unos días María Chivite y Salvador Illa (los dos socialistas) han tenido una reunión de trabajo y cortesía en Barcelona. En el mismo medio de comunicación donde se publicaba la noticia (El Periódico de Catalunya) aparecía un publirreportaje de los nuevos retos de la consejera de Educación de Cataluña. Y entre otros apartados nos dice que, hace poco, su presidente le ha remitido una carta, con lo que espera de ella para este curso que acaba de comenzar: “Recuperar la confianza en el sistema educativo, el diálogo y el consenso con los docentes”.
Pero es que, en 2022, también, en Cataluña y con otra administración (ERC); cuando se abrió el Proceso Extraordinario de Estabilización de Educación en toda España, la administración catalana asumió una por una, todas las reivindicaciones de sus sindicatos. Y ahí está la hemeroteca de los periódicos y demás medios de comunicación. Y convocaron un total de 12.859 plazas de docentes para estabilización extraordinaria permanente.
Aquí en Navarra y a modo de ejemplo, el Departamento de Educación convocó para el Proceso de Estabilización Extraordinaria de 2022, en Primaria Castellano, una sola plaza. Y nuestros sindicatos sólo se preocuparon para llamarnos a sus sedes para explicarnos como teníamos que rellenar la documentación.
Salvador Illa y su consejera de Educación saben que los docentes son la piedra angular de la que deriva la educación en Cataluña.
En contraposición, María Chivite y Carlos Gimeno manifiestan una incapacidad e insensibilidad total hacia sus docentes, sobre todo, si éstos son interinos con bastante experiencia y mucha, mucha formación que el mismo Departamento ha asumido y financiado.
Y al lado de María Chivite y Carlos Gimeno, los siete sindicatos navarros de la enseñanza que, después de diez o doce años; siguen siendo incapaces de conseguir para las y los docentes navarros, un sistema justo de estabilización en el que la antigüedad tenga un valor primordial (como sucede en la práctica totalidad del resto de las comunidades autónomas) y una organización funcional y capaz de los colegios e institutos públicos navarros, en el que se privilegie y evalúe nuestra principal labor que es la de enseñar y educar. Y no las rutinas burocráticas y las metodologías postmodernas en las que llevamos empantanados desde hace ya mucho, mucho, mucho tiempo. Y ahí están los resultados PISA para corroborarlo.
Por todo ello, el día 26 de septiembre yo no haré huelga, alguna, ni me manifestaré en sitio alguno. Para qué vamos a hacer nada, si nada se va a hacer, ni nada se va a cambiar; como hasta ahora.
Ya estoy harto de seguir haciendo “el posturas” con éstos que, olvidaron, hace ya, su función principal y que les otorgamos sus afiliados y demás docentes: representar, ayudar, defender y amparar a las y los profesionales del sistema educativo navarro.
*El autor es maestro de Enseñanza Primaria Castellano del Departamento de Educación de la Comunidad Foral de Navarra desde el curso 2007/2008