A pesar de que la ciencia lleva décadas anunciando que uno de los impactos del cambio climático es el aumento de la intensidad y frecuencia de los fenómenos meteorológicos extremos como inundaciones, sequías e incendios, no nos hacemos idea de sus verdaderas dimensiones hasta que no lo vemos de cerca. En África, Australia, Canadá, California, incluso Portugal, los muertos no cuentan, las tragedias, son novelas. Pero la DANA de Valencia ha ido en serio y nos ha puesto en alerta. Y todavía hay quien no se cree que el cambio climático está detrás de la virulencia de este fenómeno. Ya hay dos estudios, del proyecto europeo ClimaMeter y del World Weather Attribution que confirman que el cambio climático hizo un 12% más intensas y el doble de probables las lluvias de esta DANA.

Aunque adoptemos la política el avestruz, el calentamiento global continúa implacable, acelera y amplifica sus efectos.

El próximo 11 de noviembre comienza en Baku la 29 Conferencia del Convenio de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, un nuevo episodio que tristemente puede transcurrir, sin que se establezcan acuerdos justos y vinculantes, sin que los países ricos dejen de apoyar la industria de los combustibles fósiles, sin que se compense a los países pobres que sufren las consecuencias más graves del cambio climático, sin que se adopte la senda de un decrecimiento consensuado y el respeto a los límites del planeta. En este sentido, apoyamos la movilización internacional que el movimiento ecologista convoca para el domingo 17 de noviembre.

¿Y en Navarra, qué hace el Gobierno de Navarra ante el cambio climático? Pues, escribir, hacer declaraciones grandilocuentes que quedan en papel mojado.

- En 2019 aprobó una Declaración de Emergencia Climática, que ha quedado en eso, en mera declaración. En 2022 las emisiones de gases de efecto invernadero, según el Ministerio de Transición Ecológica son en Navarra un 16% superiores a las de 1990 cuando según el artículo 1 de la Ley Foral de Cambio climático y Transición Energética (LFCCTE), deberían ser para 2030 un 55% inferiores. Mal camino llevamos.

- En 2022 el Parlamento aprobó la Ley Foral LFCCTE, que ha quedado convertida en otra mera declaración. Desde Alianza por el Clima Nafarroa, detectamos que, tras dos años y medio de su entrada en vigor, hemos identificado 28 evidentes incumplimientos de la ley. Se eluden obligaciones tan urgentes como remitir proyectos de ley de fiscalidad ambiental, delimitación y cartografía de áreas excluidas para instalación de renovable, reglamentos para la obligatoria instalación de renovables en edificios existentes y de nueva construcción, reglamentos el establecimiento de planes de movilidad, elaboración de planes energéticos en las administraciones públicas para reducción del consumo energético del 25% en 2027 respecto del año 2022, planes de educación ambiental formal y no formal, etcétera.

- En la actualidad los obligatorios informes de evaluación de impacto climático de los anteproyectos de ley foral y proyectos de decretos forales establecidos en el artículo 71.3 son meros procedimientos burocráticos. No reorienta la acción de gobierno hacia la mitigación y la adaptación al cambio climático.

- El Gobierno de Navarra destina ingentes fondos a proyectos que son huidas hacia adelante, TAV, Canal de Navarra, proyectos mineros. Confunde la movilidad sostenible con el coche eléctrico, la sostenibilidad con los intereses económicos de grandes inversores que promueven macroproyectos de renovables. Deja con partidas testimoniales las partidas de adaptación al cambio climático, a la educación, la comunicación y la participación pública.

- Reconocemos tímidos avances, por ejemplo, en la elaboración de planes de alerta temprana ante inundaciones en algunos municipios, la política de ayudas públicas a la rehabilitación energética de viviendas, el pacto de alcaldías por el clima y la energía.

Ante esta inacción del Gobierno de Navarra, que consideramos como “retardista”, y en consecuencia “negacionista”, desde Alianza por el Clima Nafarroa nos hemos visto en la necesidad de interponer un recurso el pasado día 29 de octubre ante el Tribunal Contencioso Administrativo  de Navarra por incumplimiento de la LFCCTE.

Queremos que lo ocurrido en Valencia despierte las conciencias adormiladas de los dirigentes políticos y atiendan la necesidad de reorientar nuestros modos de producción y consumo a los límites planetarios, reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero tal y como nos sugiere la NNUU y el IPCC (Panel Internacional de expertos en Cambio Climático) y no accedan exclusivamente a las demandas de un mercado depredador de recursos, territorio y biodiversidad.

Queremos que se pongan a trabajar en la prevención de de desastres, en la adaptación al cambio climático. Navarra no cuenta con un plan de adaptación al cambio climático.

Durante 8 años se han llevado han elaborado informes, se han realizado proyectos pilotos en el marco del proyecto NADAPTA, pero no ha analizado todos los medios ni los sectores afectados por el cambio climático. No hay un plan de acción con un diagnóstico riguroso de las riesgos y la vulnerabilidad en todos los ámbitos. Es urgente que estas acciones preliminares cristalicen en un plan que nos proteja a la ciudadanía, a nuestro territorio de los posibles impactos del cambio climático, especialmente a las más vulnerables. Debemos evitar que una inundación, un incendio, una sequía (efectos que según los escenarios de cambio climático, serán cada vez más frecuentes e intensos) tenga peores consecuencias en nuestras vidas por no haber planificado la acción preventiva y los adecuados protocolos de intervención.

Es urgente que este Plan de Acción para la Adaptación al Cambio Climático tenga una adecuada dotación presupuestaria en los Presupuestos Generales de Navarra y que el Gobierno de Navarra tenga la voluntad y la capacidad de ejecutarlos eficientemente.

Los grandes desastres naturales tienen mucho menor impacto en vidas y coste económico en los territorios que han hecho los deberes. El coste de la inacción (vidas humanas, restauración de edificios, ecosistemas infraestructura sistema productivo) es mucho mayor que la inversión en medidas de adaptación.

Planes de prevención de inundaciones, delimitación de llanuras de inundación temporal, drenajes urbanos sostenibles, planes de prevención de incendios, ayudas a los ayuntamientos para medidas de adaptación en sus núcleos urbanos antes las olas de calor, sombreamientos, refugios climáticos, adaptación de nuestras infraestructuras, de nuestros sistemas de producción industrial y agrícola a los escenarios climáticos, etcétera

Llamamos a la movilización, a que nos apoyes en la defensa de una acción climática justa, en defensa de los más vulnerables, ambiciosa, que reduzca las emisiones y transite hacia un modelo de sociedad que respete los recursos y límites del planeta. Os convocamos a concentrarnos el jueves 14 de noviembre a las 18.00 horas frente al Parlamento de Navarra.

*Ekologistak Martxan. Alianza por el Clima Nafarroa