El pasado 26 de marzo, el grupo Gogoan invitó al obispo de Pamplona, monseñor Roselló, a dar una charla en los institutos de la plaza de la Cruz de Pamplona.
La Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro, Nafarroako Ondarearen Defentsarako Plataforma, a través de uno de nuestros miembros, interpeló al señor Obispo, si bien antes quiso aclarar que nuestra organización respeta absolutamente las creencias y la fe, porque nuestro tema va de patrimonio, va de justicia y eso no tiene nada que ver con las creencias individuales de cada persona, de hecho, nuestro primer presidente fue un sacerdote y a nivel estatal, uno de nuestros socios más potente, es Redes Cristianas y no parece ser el perfil de una organización “come curas” como nos llaman por aquí. La pregunta era muy simple: ¿qué piensa hacer usted para revertir los más de 3.000 bienes, la mayoría de ellos no dedicados al culto en Navarra?
La pregunta, igual, le pilló por sorpresa al señor Obispo, si bien dejó claro en aclaraciones posteriores que los devolvería si así lo dicen los Tribunales. ¡Faltaría más, monseñor!
Según declara la Iglesia Católica en prensa y en su página de la Conferencia Episcopal, la inscripción de esos bienes se ha hecho no por motivos lucrativos, sino por razones de legalidad y para una gestión más eficaz, justamente a favor y servicio de las comunidades católicas de nuestros pueblos. Aclara que la Iglesia ha inmatriculado los bienes que durante siglos el pueblo católico ha construido y confiado a la Iglesia para que Ésta pudiera realizar su labor, los bienes de la Iglesia se destinan precisamente a estos fines.
Por eso, sólo en Navarra, la Iglesia católica ha inmatriculado: 234 huertos, 216 campos de cereal, 195 campos, 187 viviendas, 181 campos de secano, 101 fincas urbanas, 52 fincas rústicas, 32 jardines, 36 locales, 20 locales comerciales, 17 almacenes y 17 olivares.
Además, en el año 2002, inmatriculó el Valle de Arce, cuando ya estaba el proyecto del embalse de Itoiz en obras, cobrando la indemnización de 1.600.000 euros del Gobierno de Navarra.
También comenta en su página web la Conferencia Episcopal, que la “Iglesia tiene la obligación de custodiar y mantener los bienes que le han sido confiados”, en clara contradicción de todas aquellas iglesias y ermitas que se encuentran en un evidente estado de abandono en Navarra, de las que la Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro está recopilando fotos y datos para hacer una exposición en un futuro, como, por ejemplo, en las localidades de: Aristu, Belzunegui, Eulz, Garrués, Iriso, Janariz, Nardués-Andurra, Sesma, Zai…
¿Qué sentido tiene inmatricular estos edificios que están dejando perderse, la mayoría sin posibilidad de recuperación? Decir que “lo que digan los tribunales” significa que no existe ninguna voluntad de reversión, que van a defender lo inmatriculado ante los juzgados.
El problema es que no ha existido ni existe una voluntad política de revertir las inmatriculaciones realizadas a partir de un artículo de la Ley Hipotecaria que debió ser declarado anticonstitucional cuando se promulgó la Constitución de 1978.
Esta es la lucha de nuestra Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro, reivindicar una solución política a este, para nosotros, un fraude, que ha despojado a los pueblos de sus bienes públicos pasando a ser privados.
La autora es presidenta de la Plataforma de Defensa del Patrimonio Navarro / Nafarroako Ondarearen Defentsarako Plataforma