Hace dos años inaugurábamos en Luzaide, gracias a la voluntad popular que no a la voluntad de nuestros gobernantes, un monumento, obra del artista Patxi Aldunate, con el que llevábamos soñando desde hace muchos años: el monumento a la batalla de Orreaga. Una obra pensada para dar visibilidad a los vascones, una visibilidad que no tienen en el monumento que se levanta en Ibañeta. La escultura, para el que no la conozca, está compuesta por tres piezas con una simbología concreta: tres grupos de personas representando uno a las gentes del pueblo, otro a las del valle y un último a las gentes de Vasconia que acudieron a tomar parte en la batalla. La pieza habla también del posterior e inmediato nacimiento del reino de Pamplona, simbolizado por el niño que aparece iluminado bajo los rayos del sol. Sol-eki-eguzki, simbología que a su vez hace referencia a los cultos precristianos de los vascones, habla de la íntima conexión de nuestro pueblo con la naturaleza. Para quien no lo conozca, merece la pena acercarse al acogedor pueblo de Luzaide/Valcarlos para poder contemplarlo.
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Pero todavía quedan en nuestra tierra distintos monumentos y lugares de homenaje a aquellas personas que con su actitud contribuyeron a que nuestro país esté en manos extrañas. Y por citar algunos de los más destacados, que seguro que hay más, tenemos el monumento a San Ignacio de Loyola, la placa al militar-poeta Garcilaso de la Vega, el monumento al fundador de la Guardia Civil…; aquí mismo, a unos cientos de metros, el monolito erigido en recuerdo de Rolando… Y aunque no sea un monumento, tenemos la llamada Vía Carolingia, como expresión cultural, dicen, del paso de Carlomagno por distintos países de Europa. Podíamos hablar de la mayor tergiversación de la historia sobre el papel que Carlomagno tuvo en la unidad de Europa. Una Europa unida gracias al derramamiento de sangre de los pueblos por él conquistados y dominados...
Y el ejemplo lo tenemos en su paso por nuestras tierras, donde dejó desolación y muerte.
Pero hoy quiero traer a nuestra memoria otro monumento que lleva generando polémica en los últimos tiempos por el futuro que se le quiere o que se le debe de dar: el monumento a los Caídos de Pamplona.
Este monumento, como tal, está erigido en honor y recuerdo de los navarros muertos en el bando que se levantó en armas contra la república, siendo, en definitiva, un monumento al franquismo, como así lo ha reconocido el Parlamento de Navarra en la última modificación de la Ley de Memoria Histórica, modificación hecha para así poder cambiarle el grado de protección y poder resignificarlo, según la voluntad de los partidos que pretenden hacer esa resignificación.
Y qué tiene que ver ese maldito monumento con Nafarroa y su soberanía: el régimen totalitario y fascista al cual se ensalza en ese monumento fue un negador de las libertades de los pueblos, negó las libertades de este pueblo. Mantuvo para Nafarroa, frente a la denominación de provincias traidoras para Bizkaia y Gipuzkoa, unos Fueros de pandereta para esta provincia, a la que adornó en su escudo con la berza. Y nos mantuvo separados. Y esa separación se plasmó y se perpetuó con los distintos estatutos de autonomía en distintas administraciones de esta parte del sur de los Pirineos. El Estatuto de Nafarroa, el Amejoramiento, como les gusta llamarlo, que hay que recordar no ha sido refrendado por los habitantes de este país.
Por todas esas circunstancias que se acumulan representadas en ese mamotreto exigimos su demolición y seguiremos apoyando a la Agrupación de Asociaciones Memorialistas que luchan porque ese edificio desaparezca de una vez por todas de nuestras vidas.
No quiero terminar sin dar a conocer una noticia que nos va a alegrar el día: a falta de confirmación oficial, podemos adelantar que, si nada se nos cruza en el camino, podremos dar comienzo antes de que termine este año a las obras necesarias para la construcción de un Memorial de la Batalla de Orreaga/Errozabal/Roncesvalles en el alto de Ibañeta.
Tal y como ocurre con este tipo de instalaciones, la iniciativa es popular (Etxabarrengoa Elkartea y Orreaga Fundazioa) y parte de la financiación del Gobierno de Nafarroa.
En dicho Memorial, en el cual se integrarán las piedras del arco que formaba parte del antiguo monumento que, con el nombre de Paz de los Pirineos, se erigió en los años 30 del pasado siglo en memoria de Roldán, se hará una explicación sencilla, por medio de paneles explicativos, de las circunstancias históricas que rodearon a la Batalla de Orreaga, el desarrollo de la misma y las consecuencias que la misma tuvo para la creación, primero, del Reyno de Pamplona, embrión del Reyno de Navarra. Aprovecharemos su inauguración para conmemorar el 1.200 aniversario de la creación de nuestro reyno primigenio, el de Pamplona, aniversario que pasó totalmente ignorado por nuestras autoridades. A aquellas autoridades que tanto les gusta la utilización de Reyno, aunque sólo sea para referirse al Reyno Gourmet, al cual nos lo han dejado reducido.
No quiero terminar sin hacer una alusión a Gaza. Que pare el genocidio sobre este pueblo. Que se deje de suministrar armas al estado terrorista de Israel, al mismo tiempo que se rompan todas las relaciones con el mismo: comerciales, culturales, deportivas. Fuera las fuerzas de ocupación!!!