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Colaboración

Curso nuevo, ¿vida nueva?

Curso nuevo, ¿vida nueva?Patxi Cascante

Parece que con la llegada del nuevo curso los problemas, las preocupaciones y las inquietudes de aquel septiembre de 2024 quedan lejos. La memoria es una virtud poco valorada.

Hace un año dábamos inicio a un curso impregnado por la movilización de un profesorado que demandaba al Departamento de Educación una serie de mejoras que repercutieran en la calidad educativa, así como en el desempeño de la función docente. Se llenaron las calles de pancartas solicitando una bajada de ratios, que permitiera atender de manera más personal a cada alumno y alumna, lemas contra la sobrecarga, la excesiva interinidad o la recuperación del poder adquisitivo también estuvieron presentes durante todo el curso.

Las centrales sindicales acompañamos aquel descontento llevando a las mesas pertinentes las peticiones que el profesorado hacía. Pero para el mes de noviembre ANPE, AFAPNA y UGT decidieron que era suficiente, y que todo ese descontento lo iban a disolver mediante la desmovilización y la firma de un des-acuerdo en minoría que limitaba por completo la posibilidad de ir más allá.

Esta semana el alumnado ha vuelto a las aulas, y la famosa bajada de ratios generalizada no ha llegado a la gran mayoría de aulas navarras. El consejero cifraba la ratio docente - alumno en 8.5. Pero los grupos de secundaria en la cuenca de Pamplona o Tudela superan los 29 alumnos y alumnas, más un 10% de matrícula sobrevenida que durante el curso puede ir aumentando, es decir, podemos seguir teniendo 33 alumnos y alumnas en cada aula. No podemos dejar de denunciar además que esta dudosa bajada de ratios general esconde una cláusula lesiva; el alumnado repetidor no cuenta. Simplemente no contabilizan.

Volvamos a hacer las cuentas: en un grupo de cuarto de la ESO inician el curso 29 alumnos y alumnas, sin contar dos repetidores, es decir 31. Pongamos que durante el curso aumentamos ese 10% de personas que permite la norma, 3 alumnos más. En el mes de marzo podemos estar atendiendo un total de 33 personas en cada aula, mientras el consejero, ANPE, AFAPNA y UGT hacen las cuentas a su manera.

En el mes de junio, y también en septiembre, se han llevado a cabo las contrataciones masivas de cada inicio de curso. Este año, el departamento ha contabilizado 3.471 contratos. Si la plantilla completa del departamento la componemos unos 10.000 docentes, más de un 30% es personal interino. Pongamos en cuarentena, pues, la noticia de la bajada de la interinidad al 4% con una OPE de 262 plazas. Habrá que revisar de qué manera se contabiliza la interinidad.

Más allá de lo estrictamente estructural, este inicio de curso ha estado marcado por la desinformación en dos etapas centrales del sistema educativo. Por un lado, en la Formación Profesional la implantación del modelo Dual ha sido un aterrizaje forzoso, en el que las instrucciones de inicio de curso no aclaran nada y las asignaciones de horas para acompañar al alumnado del modelo anterior (FCT) desaparecen completamente. En este mismo sentido la opacidad sigue siendo la norma en los pilotajes que el departamento efectúa, tanto en las aulas de 2 años en centros de 3-12 como el experimento 0-12 del centro Hilarión Eslava. Hemos logrado paralizar las aulas de dos años en Ansoáin y Barañáin, pero es cuestión de tiempo que el departamento retome un proyecto que la comunidad educativa ha rechazado por su inconcreción y falta de planificación.

Y en esta tesitura ha comenzado este curso escolar, con la misma ratio que el año pasado, con una interinidad similar, con una sobrecarga laboral para nada desdeñable y con el mismo salario a pesar de que la vida cada vez es más cara. Pero también comienza con un profesorado comprometido con la educación, con un profesorado que no se olvida de las huelgas y las movilizaciones del curso pasado, que sabe quiénes los dejaron tirados y quiénes nos mantenemos firmes en sus reivindicaciones.

El autor es secretario general de la Federación de Enseñanza de CCOO Navarra