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La carta del día

En política, no todo vale

En política, no todo valePatxi Cascante

En los últimos tiempos, ciertos debates políticos en Pamplona están dejando de lado el rigor y la responsabilidad. Es preocupante ver cómo algunos representantes utilizan temas sensibles, como el control de plagas, para hacer oposición sin medir las consecuencias de sus palabras.

En Pamplona venimos asistiendo a una utilización reiterada del tema de las ratas por parte del concejal de UPN, el señor Labairu, y de otros miembros de ese partido y del PP, en las comisiones del Ayuntamiento. He podido comprobarlo personalmente al seguir estas sesiones durante mi convalecencia. Resulta, cuando menos, lamentable que se recurra a un asunto como este con fines políticos. Pero lo más preocupante es la imagen que se proyecta de determinados centros públicos y barrios con comentarios tan desafortunados. En política no todo es legítimo, y mucho menos ético, especialmente cuando procede de una persona que, por su formación profesional, conoce sobradamente los hábitos y el comportamiento de los roedores.

Conviene recordar que esta ciudad dispone de un servicio propio de control de plagas, gestionado por personal técnico cualificado desde el parque de desinfección. A diferencia de muchas otras administraciones, que subcontratan estos trabajos y los limitan a campañas puntuales, en Pamplona el hecho de contar con un servicio propio permite un seguimiento continuo, una respuesta rápida ante avisos ciudadanos y una atención eficaz en los puntos más sensibles, sin un número máximo de intervenciones.

Es importante entender que los roedores han existido siempre y seguirán existiendo, ya que aún no se ha encontrado una fórmula definitiva para erradicarlos. El trabajo consiste, por tanto, en controlar sus poblaciones, cumpliendo las estrictas normativas europeas sobre los productos empleados y su manipulación.

Otros factores, como el cambio climático, también influyen. Un ejemplo es el otoño templado de este año, que favorece que los roedores permanezcan más tiempo fuera de sus nidos, sobrevivan durante todo el año y se reproduzcan con mayor facilidad. A ello se suman factores habituales, como la resistencia a los raticidas, pese a que las sustancias se renuevan de forma periódica. Todo ello demuestra que, hoy por hoy, solo podemos hablar de control, no de eliminación.

Resulta injusto hablar de dejadez. Conozco de primera mano la labor que realiza este servicio en la ciudad, ya que trabajé en él durante varios años.

Como vecino de Pamplona, quisiera pedir a los representantes políticos mencionados que traten estos temas con responsabilidad, y no como arma arrojadiza. Su actitud, además de evidenciar por qué están merecidamente en la oposición, transmite una imagen distorsionada del trabajo que realiza un personal profesional cualificado, y perjudica injustamente la percepción sobre algunos barrios y centros públicos. Quisiera pensar que lo hacen de forma inconsciente, aunque, sinceramente, cada vez tengo más dudas al respecto.