La mejor foto
"A ver, a ver si Kike marca un golico…y ganamos el partido", deseó Isidro, un fiel seguidor rojillo, unos minutos antes de comenzar el encuentro. Asentimos. Había ganas de que Sola se estrenara en el Sadar. Y vaya si lo hizo. El minuto 20 provocó que saltáramos entusiasmados de las sillas y el 24 que nos abrazáramos, chocáramos las manos y recordáramos que la euforia de celebrar un penalti y su posterior gol es una emoción a la que uno nunca acaba de acostumbrarse por bonita y esporádica en Osasuna. La hinchada exprimió esos instantes con su equipo -desde Grada Lateral se vieron multitud de brazos al aire frente a los jugadores apiñados- y el camino se vio más que despejado. ¡Kike, Kike!, ¡Kike, Kike!, gritamos contentos. También hubo tiempo para recordar a nuestro querido Munitis, habitual protagonista de los Osasuna-Racing, que su presencia no es grata en éste nuestro campo. La segunda parte comenzó con una buena dosis de alegría. Otro gol, más manos celebrándolo y otra piña. Esa era la foto de la escena. Pero, fieles al refrán de que poco dura la alegría en casa del pobre, a los pocos minutos recibimos el gol del Racing. Aún así, el ¡Osasuna, Osasuna!" se cantó, como el ¡Neko, Neko! y el No podrán parar. Y sin quererlo, también apareció en escena la mano de Soriano, que provocó sorpresa, incredulidad, enfado y hasta arrancó alguna sonrisa. La hinchada continuó animando hasta el pitido final. Los jugadores aplaudieron a la grada desde el centro del campo. Y ésta a ellos. Es la foto que todos queremos ver.