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El respaldo popular da el oxígeno que no se tiene

El respaldo popular da el oxígeno que no se tiene

Recuerdo muy bien lo que nos tocó vivir en aquellos cinco partidos en los que el equipo se marchaba a Segunda B. Y lo primero que me viene a la cabeza sobre la situación actual y la comparación con lo sucedido en 1997 es que en aquel momento no dependíamos de nosotros. Teníamos que ganar y esperar, por lo que creo que indudablemente estamos en mejor posición, pese a que el panorama sea preocupante.

Entonces me di cuenta de la fuerza que tiene el respaldo popular en la plantilla. Fue fundamental para no bajar. Sin ese respaldo seguramente no lo hubiéramos logrado, porque nos dio un oxígeno que ya no teníamos.

Desde entonces tengo claro que el empujón de la afición pueda resultar definitivo para conseguir los objetivos deseados. Siempre.

Como soy una persona que me gusta positivizarlo todo pienso que no es malo que el equipo se haya metido ahora en posiciones de descenso.

Creo que puede venir bien para que todo el mundo se conciencie de que no es nada sencillo mantenerse en Primera División, de que es necesario el esfuerzo de todo el mundo. Si hubiésemos sacado un punto ante el Athletic, por ejemplo, no estaríamos en puestos de descenso, pero la gente no estaría tan mentalizada de lo que hay por delante. Pienso que ha sido un bocinazo para todo el mundo, un aviso de que esto va en serio y pienso que es necesario que nos pongamos las pilas por lo importante que es que sigamos en Primera División, para los jugadores, para la ciudad, para la afición... Hay que valorar lo que cuesta mantenerse y cada vez hay más diferencias en los presupuestos. Pero lo podemos conseguir.

Todos los entrenadores tienen sus rachas buenas y malas, pero en las cuatro últimas derrotas ha habido errores puntuales y ahí creo que la labor del técnico es limitada. Son esos detalles los que pueden llevar a un entrenador a la gloria o a la ruina. El equipo está trabajando bien, lo mismo que sucedía con José Antonio Camacho, con la única diferencia que cada técnico tiene su librillo. Le falta algo en momentos puntuales de los partidos, pero hay tiempo para sacar las cosas adelantes. Lo tenemos que sacar entre todos, porque al principio de la semana noté algo de pesimismo.

No hay que gastar muchas energías pensando en los rivales que nos quedan en este sprint final. En situaciones límite Osasuna se ha visto en muchas ocasiones y tampoco nos va a coger desprevenidos. Recuerdo de mi época de jugador haber tenido varios partidos así con Pepe Alzate y hace dos años fue necesario ganar al Barcelona y al Real Madrid, aunque bien es verdad que no se jugaban nada. Y siempre hemos salido adelante y ahora nadie debe racanear esfuerzos para apoyar al equipo y los jugadores. Hay que salvarse como sea, ya llegará el momento de analizar las razones que nos han llevado ahí.